Qué significa que una persona desvíe la mirada cuando habla, según la psicología
Desviar la mirada al hablar puede revelar más de lo que parece. La psicología explica qué emociones o pensamientos se esconden detrás de este gesto tan común.
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En una conversación, no solo importan las palabras. Los gestos, la postura y, sobre todo, la mirada, pueden revelar mucho más de lo que se dice en voz alta.
Desviar la mirada al hablar, por ejemplo, es un gesto que, según la psicología, puede tener múltiples interpretaciones dependiendo del contexto, la emoción y la personalidad de quien lo hace.
El contacto visual es una de las formas más directas y potentes de comunicación no verbal. Mirar a alguien a los ojos al hablar demuestra interés, atención y seguridad, mientras que apartar la vista puede interpretarse como un signo de incomodidad o vulnerabilidad emocional.
De hecho, estudios en neurociencia cognitiva han demostrado que el cerebro humano procesa el contacto visual como una forma de conexión social, una señal que indica si estamos dispuestos —o no— a establecer vínculo con otra persona.
La psicóloga Paula Martínez, especialista en neurociencia cognitiva y del comportamiento, explica que el 60% del intercambio comunicativo ocurre sin palabras.
“La mirada es el reflejo más claro del estado emocional y mental de una persona. Cuando alguien evita el contacto visual, suele deberse a que experimenta inseguridad, miedo o vergüenza”, detalla.
Según la psicología, evitar mirar a los ojos no siempre implica falta de honestidad, como popularmente se cree. En muchos casos, es una respuesta inconsciente de autoprotección emocional. La mente puede necesitar “espacio” para procesar lo que se dice, recordar información o regular una emoción intensa.
Otras veces, este comportamiento tiene que ver con la introversión o con experiencias sociales que generaron incomodidad. En el ámbito clínico, también puede estar relacionado con ansiedad social o con rasgos de timidez.
La orientación de los ojos también ofrece pistas sobre lo que ocurre internamente. Expertos en comportamiento humano señalan que el movimiento ocular está vinculado con los hemisferios cerebrales:
Estas señales, aunque no son absolutas, ayudan a interpretar el lenguaje emocional que acompaña a las palabras.
En definitiva, desviar la mirada no siempre significa desinterés ni engaño. En muchos casos, es un reflejo natural del cerebro para protegerse o concentrarse. Entender este gesto puede mejorar la empatía y la comunicación, recordando que en el lenguaje de los ojos se esconde mucho más de lo que se dice en palabras.