¿Qué significa "tomar onces"? El secreto religioso que muchos desconocen
Actualmente tomar las onces son casi tan representativas de la cultura colombiana como el café o el tamal de domingo.
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En Colombia, pocas costumbres son tan queridas como “tomar onces”, una pausa tradicional que suele ubicarse entre la mañana y la tarde. Este momento, acompañado de un café caliente, una almojábana o un pandebono, forma parte esencial del día para millones de personas.
A pesar de su popularidad, pocos conocen la historia detrás de esta expresión, cuyo origen es tan curioso como inesperado. Aunque hoy se asocia con la merienda o el descanso, hace siglos significaba algo completamente distinto y estaba relacionado con el consumo de alcohol.
Según el restaurante Yanuba, la expresión nació entre los monjes franciscanos, quienes utilizaban este código para referirse al aguardiente sin mencionarlo abiertamente. En aquella época, esta bebida era mal vista dentro de los conventos, por lo que los religiosos evitaban pronunciar su nombre en público.
Por esa razón, cuando deseaban compartir una copa, decían en voz baja: “vamos a tomar las once”, en alusión a que la palabra “aguardiente” tiene once letras. Así nació una clave que les permitía disfrutar de la bebida sin levantar sospechas.
Aunque esta versión no está documentada oficialmente, ha sido transmitida de generación en generación y hoy hace parte del folclor cultural colombiano. El creador de contenido Cristian Méndez, conocido por divulgar datos curiosos, explicó que el término surgió en Bogotá, donde los seminaristas franciscanos solían tomar aguardiente para mitigar el frío de la capital.
Para no ser descubiertos, comenzaron a usar la clave “tomar onces”, expresión que con el tiempo se popularizó y terminó por perder su significado original.
Con el paso de los años, “tomar onces” dejó de ser un secreto de monjes para convertirse en una tradición nacional. Lo que empezó como una expresión encubierta terminó siendo sinónimo de encuentro, conversación y pausa. Hoy, las onces son casi tan representativas de la cultura colombiana como el café o el tamal de domingo.
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En ciudades frías como Bogotá, Boyacá o Nariño, esta costumbre es parte del paisaje cotidiano. Cafés llenos al atardecer, tazas humeantes de chocolate con queso y pan recién horneado acompañan conversaciones que mezclan trabajo, amistad y descanso.
El significado moderno de “tomar onces” demuestra cómo el lenguaje evoluciona con la cultura. Lo que antes fue un código prohibido hoy simboliza calidez, cercanía y una de las tradiciones más queridas del país.