Desplazaron a Girardot: viajeros prefieren estos municipios de Cundinamarca
Los viajeros ya no quieren ir siempre a los mismos destinos, como Girardot, La Mesa o Guatavita; ahora buscan lugares nuevos.
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El puente del sábado 16 al lunes 18 llevará a que se produzca una fuerte movilización por las carreteras de Cundinamarca, pero esta vez no todo el protagonismo se lo llevarán los mismos de siempre, como Girardot, La Mesa o Guatavita. Hay tres municipios que están ganando popularidad entre quienes buscan algo diferente: Nocaima, Anapoima y Cachipay. Son lugares que mezclan historia, naturaleza y cultura en dosis perfectas para una escapada de fin de semana.
A dos horas de Bogotá, en la provincia de Gualivá, Nocaima recibe a los viajeros con un clima cálido y un pasado que se remonta a 1605, cuando fue uno de los primeros asentamientos españoles en el país. Sus 1.200 metros sobre el nivel del mar le dan una frescura ideal para caminar por sus montañas y refrescarse en ríos y quebradas.
Uno de sus tesoros es el Parque Natural El Chupal, perfecto para senderismo, observación de aves y camping. Además, las tradiciones en honor a San Sebastián y la Virgen del Carmen llenan de color y música sus calles. Para los amantes del café o de la caña de azúcar, este municipio ofrece el encanto de la vida rural cundinamarquesa sin artificios.
Con apenas 87 kilómetros de distancia desde la capital, Anapoima es un favorito de quienes buscan calor y tranquilidad. Fundado en 1627 y ubicado en el Tequendama, este pueblo combina la belleza natural con una fuerte identidad cultural.
El Camino Real de Las Delicias, vestigio colonial, invita a recorrer senderos rodeados de flora y fauna locales. Y si de cultura se trata, sus festivales, como el Encuentro Nacional de Danzas Folclóricas y el de Bandas Musicales, son verdaderos escaparates de talento y tradición. Aquí, el descanso se mezcla con la música y la historia.
A solo 60 kilómetros de Bogotá, Cachipay enamora con su ambiente tranquilo y su aire colonial. Fundado oficialmente en 1982, pero con raíces que se hunden en la historia indígena y en la época del ferrocarril, este municipio es perfecto para quienes quieren una desconexión total.
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Su parque principal, las cascadas y la antigua estación del tren son paradas obligadas. La agricultura sigue marcando el ritmo de la vida local, pero el turismo ecológico e histórico crece cada año.
Este puente, más que repetir destinos, es la oportunidad de redescubrir Cundinamarca a través de estos tres pueblos que ofrecen autenticidad, cercanía y experiencias que van más allá del turismo masivo.
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