¿Piensa vacacionar en Europa? Si no toma en serio estas restricciones, pueden ser una pesadilla
Las playas son una de la zonas con las reglas más estrictas.
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El turismo masivo está llevando a muchas ciudades a tomar medidas drásticas. Desde nuevas tasas hasta multas por comportamientos indebidos, las autoridades buscan proteger su patrimonio y garantizar la convivencia en los vecindarios.
En Toledo, Patrimonio de la Humanidad, los grupos turísticos no pueden superar las 30 personas en el centro histórico y los guías tienen prohibido usar megáfonos. La sanción puede llegar a 700 euros.
Segovia protege su Acueducto romano, del siglo II, con multas que van de 750 a 3.000 euros para quienes lo dañen.
En Baleares se plantea triplicar la tasa turística, pasando de 2 a 6 euros por noche en temporada alta. Además, se estudia un nuevo impuesto para vehículos vacacionales que oscilaría entre 30 y 85 euros.
Ibiza enfrenta una crisis de vivienda tan grave que muchos recurren a autocaravanas. Sin embargo, quienes circulen sin permiso se exponen a multas de hasta 40.000 euros y deberán dormir en campings autorizados.
La isla de Capri prohibió a tiendas y restaurantes abordar a los turistas en plena calle. En Venecia, dormir cuesta una tasa de 5 euros por persona, pero comer sentado junto a un canal puede salir por 200 euros.
En Albufeira (Portugal), las autoridades castigan el comportamiento “excesivo” en la vía pública. Las multas alcanzan los 4.000 euros por andar desnudo, beber alcohol o orinar en la calle. En Nepal, el Gobierno estudia limitar el acceso al Everest a quienes ya hayan escalado montañas de más de 7.000 metros, con el objetivo de proteger la zona.
Las playas españolas tampoco se libran de las sanciones. En Málaga, la multa puede llegar a 700 euros por incumplir normas básicas de convivencia. En Marbella, orinar en el mar o la playa cuesta hasta 1.500 euros.
En algunas zonas del sur de España se prohíbe el uso de altavoces en las playas, así que los bañistas deben escuchar la canción del verano con auriculares si no quieren pagar multas de hasta 700 euros.
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En Nigrán (Pontevedra) cavar agujeros en la arena se sanciona con hasta 200.000 euros. En Canarias y Baleares, llevarse una concha como recuerdo puede costar 3.000 euros, al igual que en playas del Caribe mexicano.
En Cataluña, fumar en la arena tiene un precio alto: hasta 600 euros de multa.
A pesar de todas estas restricciones, las previsiones indican que el turismo seguirá creciendo. Solo en el primer semestre de 2025 más de 300 millones de personas cruzaron fronteras en el mundo, un récord histórico.