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El drama de venezolanas obligadas a prostituirse para subsistir

Parque de Los Enamorados y el centro de la ciudad son solo dos de las zonas donde se puede encontrar esta problemática.

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BLU Radio -Referencia / Foto: AFP.
VALERY HACHE/AFP

Los sitios donde hay mayor presencia de servicios sexuales en Barranquilla, cómo funciona el negocio y hasta cuánto están cobrando las venezolanas para poder enviar dinero a sus parientes en el vecino país, son revelados en este informe de BLU Radio.

Lea también: Prostitución: la otra cara de la migración venezolana en Barranquilla

La prostitución de mujeres provenientes de Venezuela extiende sus tentáculos no solo en las zonas de tolerancia, sino en el centro de la ciudad. Este oficio se camufla entre vendedoras de café, de agua y accesorios en las escalinatas de la primera Catedral de Barranquilla en plena Plaza de San Nicolás
 

 
Según Alexander Rodríguez, un taxista que ha sido testigo de cómo se mueve este negocio en zonas como el parque de los Enamorados a lo largo de la avenida Circunvalar y hasta en la terminal de transportes, hay al menos una docena de mujeres con termos en mano que ofrecen "desde un tinto hasta la panocha", haciendo alusión a su rentable negocio.

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Dueños de moteles: testigos
 

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Edgardo Montagut, miembro de la Asociación de Residencias y Moteles del Centro de Barranquilla,  contó que la presencia de mujeres venezolanas ofreciendo servicios sexuales es una constante en estos establecimientos que debe ser controlada ante el inminente riesgo de problemas de salud pública.

"Ya hemos visto cómo proxenetas empiezan incluso a reclutar a las chicas aprovechándose de su necesidad en zonas como la Circunvalar, alrededores de la iglesia San Nicolás, Parque de Los Enamorados, en la Murillo y hasta en centros comerciales", indicó Montagut.

"Esto se nos está saliendo de las manos, es una 'bola de nieve' porque no hay un control de sanidad. Nosotros prestamos los servicios pero cómo es posible que estas chicas se vendan por 10 mil pesos, es un problema de salud y grave", agregó el comerciante quien dice que las mujeres se ofrecen en las calles mientras otras trabajan en bares y estaderos con o sin papeles.

Asimismo, reveló que de 10 parejas que ingresan al motel de su propiedad, al menos tres son con venezolanas, eso lo evidencian con el acento y rasgos físicos. 
 
Por otro lado, recordó cómo en zonas como la terminal de transportes se ofrece el servicio de "cama rápida" donde pasan el rato a cambio de cinco mil pesos. 
 
"Lo hacen hasta en la calle"
 

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Por un 'rapidito' les pagan hasta cinco mil pesos. Esto pasa en los alrededores de la Terminal Metropolitana de Transportes de Barranquilla donde la situación se hizo más intensa a finales de 2017 e inicios de 2018, según Dewin Silva, subgerente de operaciones del terminal terrestre.
 

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Silvia aseguró este es el primer sitio donde llegan los emigrantes venezolanos después de huir de la problemática que se vive en el vecino país al movilizarse por carretera.

"Hasta 350 personas dormían en el parqueadero de la estación de taxis del terminal y como muchos llegaban con poco dinero, escasez de oportunidades laborales y niños menores de cinco años, deambulaban y ejercían la prostitución como medio de obtener mucho más dinero y en poco tiempo", recordó Silva quien se reunió con un líder de esta población al evidenciar la crisis.

A su vez, Dewin reveló que los actos sexuales se hacían en plena vía pública justo donde la oscuridad de la noche fuera escasa o nula.

"Lo hacían en menos de cinco minutos y le cobraban cinco mil pesos. Sus clientes eran por lo general personas aledañas al sector incluso, conductores de algunas de las empresas que operan en la terminal", añadió.

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Entre los inmigrantes en la ciudad se ven más que todo a señoras que tenían a sus niños, algunas jóvenes entre 16 y 20 años y hasta miembros de la comunidad LGBTI, de acuerdo con el testimonio de Silva.

Al llegar al parque de Los Enamorados, conocido también como el de las 'manitos' ubicado en la carrera 41 con Murillo, zona de tolerancia donde a diario confluyen prostitutas y travestis que llegan a confundir a borrachos con sus atuendos y ademanes, preguntar por las venezolanas de inmediato genera resistencia entre las trabajadoras que se sientan en los muros.
 

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"Esas viejas están más abajo. Aquí no andan", dice una mientras la interrumpe un gay quien cuestiona si hay alguna 'pringada' de Sida, refiriéndose a los rumores de que podrían estar contagiando a sus clientes con enfermedades de transmisión sexual.

El Gordo, vigilante de uno de los estaderos del sector, ha sido testigo de los enfrentamientos entre las ‘venecas’ y las trabajadoras locales.

"Han tenido bastante roces con las muchachas de aquí porque las de allá cobran un poco más barato y hasta son un poco más amables", recordó

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Asimismo, aseguró que la tarifa en esa zona para las barranquilleras está en 35 mil pesos mientras que las del vecino país por una relación va de 10 a 20 mil pesos.

Para él, el roce también se debe a que su belleza se destaca y despierta envidia. 
 
"Las de aquí quieren hacer respetar su espacio, incluso con vulgaridades en plena calle para que se 'abran' del pedazo", finalizó. 
 
 

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