Hasta con la voz entre cortada, los exintegrantes del Ejército, imputados por la JEP como máximos responsables de 49 falsos positivos en Dabeiba, Antioquia, revelaron las atrocidades de los crímenes de lesa humanidad que cometieron entre 2002 y 2006.
Uno de los que reconoció públicamente su responsabilidad en estos hechos, fue el sargento Fidel Iván Ochoa, exintegrante del batallón contraguerrillas # 79, quien declaró que los falsos positivos se volvieron sistemáticos tras la llegada General (r) Mario Montoya, a la Séptima División y, posteriormente, a la comandancia del Ejército Nacional.
“Nos decía a los comandantes de pelotón: yo no necesito litros de sangre, yo necesito carrotancados de sangre. Era enfático y lo manifestaba en el radio, que los únicos resultados que para el contaban eran los muertos” relató ante la JEP y las víctimas, el sargento retirado Fidel Iván Ochoa.
El exintegrante del batallón contraguerrillas # 79, también relató que si no hacían caso, los castigaban sin descanso.
Quien también le dijo la verdad en la cara a las familias de las víctimas, fue el Coronel retirado Efraín Enrique Prada Correa, excomandante de este mismo batallón, quien reconoció en medio de la audiencia que a las víctimas de falsos positivos les quemaban su documentación para que en los reportes de prensa no reposara ningún nombre y que a la Fiscalía le entregaban falsos croquis.
“Aquí en el municipio de Dabeiba se le solicitaba a la Personería un oficio y a la Fiscalía se le informaba que había habido combates o que existían los combates, para que ellos no subieran hasta el sitio donde se cometió el hecho. Se les entregaba falsos croquis”, indicó el Coronel (r) Efraín Enrique Prada Correa.
Aunque dolorosa, familiares de las víctimas de falsos positivos, como Esneda Altamira Correa, aseguran que estaban esperando la verdad:
“Hemos perdido la confianza pero, también, de alguna manera, el hecho de decir la verdad, eso también nos reconforta”, señaló Esneda.
Como símbolo de reconciliación, los familiares de las víctimas, militares comparecientes y magistrados de la JEP sembraron tres guacayanes en Las Mercedes, catalogado como una fosa común, pues fue el lugar al que los ex militares imputados ordenaban enterrar a las victimas.
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