A pocos días de que inicien las fiestas del Carnaval de Barranquilla, los comerciantes están más preocupados que motivados, pues estas fiestas se estarían convirtiendo en una ventana de oportunidad para las bandas extorsionistas, quienes están presionando a través de llamadas y panfletos a dueños de bares, discotecas, estaderos, peluquerías y tiendas para que paguen sus vacunas si quieren abrir sus puertas en los días de la fiesta.
Rafael Madero, presidente de Fenalco Atlántico, pidió al alcalde Jaime Pumarejo que reestructure el esquema de seguridad para las carnestolendas, pues tras la masacre de este domingo hay zozobra entre los ciudadanos.
"Creo que es necesario que la Policía redoble sus esfuerzos. Los resultados no son los más esperados. Nos gustaría el acompañamiento del ejército y de incluso nuestras fuerzas navales permanente en las calles. Yo creo que es un mensaje de seguridad y de tranquilidad en estos momentos tan difíciles y coyunturales que estamos viviendo. También nos gustaría que se reforzara el tema de inteligencia, tanto militar como de la Policía", expresó el líder gremial.
Entre otras solicitudes están los cambios que necesitaría el aparato judicial para que a peligrosos delincuentes nos los dejen libres horas después de ser capturados, o se les otorguen beneficios de casa por cárcel, a lo que se suma el permitir el porte de armas para repeler cualquier ataque criminal.
Para Luis Trejos, coordinador del Centro de Pensamiento Uncaribe, de la Universidad del Norte, esta es una solicitud desesperada de quienes están enfrentando consecuencias a diario por parte de las bandas criminales.
"Los militares sólo podrían generar algún tipo de percepción de seguridad en la medida en la que no pueden cumplir roles de seguridad ciudadana. Se tendría una disminución del delito pero aumento en otros donde no este, una migración temporal del crimen que no resuelve de fondo los problemas de inseguridad en la ciudad", expresó.