El ICBF no debe ser fortín político: Columna de Óscar Montes
El panelista Óscar Montes habló sobre la situación actual en la que se ve envuelta el ICBF.
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La declinación de Juan Carlos López como director del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF debe servir como enseñanza y debe prestarse para una profunda reflexión acerca de el nombramiento de funcionarios públicos por razones meramente politiqueras.
Esa fue la principal razón por la que la designación de López como director del ICBF cayó tan mal, pues se asumió, con razón, que López poco o nada tenía que ver con algo tan sagrado como es la defensa y promoción de los derechos de los niños. El último cargo que el país le conoció fue el de presidente Millonarios de Bogotá, equipo al que dejó en precarias condiciones económicas.
El Gobierno seguirá, pues, en la búsqueda del sucesor o sucesora de Cristina Plazas, quien estuvo al frente de la institución por cerca de tres años. Al abandonar el cargo, Plazas afirmó, entre otras cosas, que "hoy puedo decir que el ICBF de Córdoba fue saqueado por Ñoño Elías".
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Es lamentable que la ahora ex directora del Icbf no haya realizado la correspondiente denuncia del "saqueo" por parte de un Senador de la República a la institución, cuando estaba en pleno ejercicio de sus funciones y el senador era un gran aliado político del Gobierno. La Justicia deberá operar ante este grave señalamiento, puesto que la seccional de Córdoba es una de las más cuestionadas del país por supuestos actos de corrupción.
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Pero la salida de Plazas y la frustrada designación de López en la dirección del Icbf debe servir de lección al Gobierno Nacional, en cabeza del presidente Santos: convertir al Bienestar Familiar en cuota de los partidos políticos es un grave error, un gravísimo error. La Integridad y los Derechos de los niños son sagrados y al frente de esa institución debe estar una persona idónea, que cumpla con todos los requisitos.
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legales, éticos y profesionales. El ICBF no puede caer en manos de una clase política insensible ante la tragedia de millones de niños que hoy sufren abandono y desnutrición, entre otros males, en otras palabras, el ICBF no puede ser un fortín electoral de los amigos del Gobierno.
Son tantos y tan graves los asuntos que debe atender el ICBF ,entre ellos la tragedia de los niños de La Guajira y la presencia de menores en las filas de las Farc, que al frente del mismo debe estar alguien sin ningún tipo de cuestionamiento o señalamiento.
Celebramos la declinación de López al cargo, pero llamamos la atención al Gobierno para que asuma una actitud responsable y seria a la hora de escoger nuevos funcionarios. La voracidad burocrática de los partidos políticos no puede estar por encima del interés de los niños y de sus derechos que son los que deben primar.
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