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En aprietos se han visto muchos estudiantes de Barranquilla y el Atlántico por no tener uniformes para ir al colegio, dada la escasez de insumos para confeccionarlos y los elevados costos del poco material disponible.
Martha Sánchez, dedicada hace varios años a la confección de uniformes escolares en el sur de Barranquilla, asegura que el problema obedece a que las empresas textiles no se equiparon lo suficiente para el regreso de los niños a las aulas.
"La mayoría de los uniformes no se consiguen y los insumos tampoco. Estamos escasos de botones, hilos, correderas, o sea, todo lo que tiene que ver con la modistería", cuenta.
"Y en las empresas textiles nos dicen que ellos no pensaron que iban a abrir los colegios y los insumos que tienen son lo que quedaron de antes de la pandemia", añade.
Por la falta de material se dejaron de confeccionar hasta los cuellos bordados en azul turquí que, precisamente, llevan la mayoría de las camisas de los uniformes.
La situación, según las empresas textiles, se normalizaría en abril o mayo, lo que obligó a padres de familia a iniciar campañas de donación de uniformes en las que regalan camisas, sudaderas o trajes escolares que algunos niños ya no estén usando y que aún estén en buen estado.
Los costos se han disparado al punto que el precio de un solo uniforme puede alcanzar los 90.000 pesos.
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