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Mujer denunció acoso de expareja que hace un año destruyó su casa y le roció gasolina en Atlántico

En diálogo con BLU Radio, Yenerilsa Márquez aseguró que su caso solo sirvió a las autoridades para hacer propaganda, porque su expareja anda en las calles buscándola nuevamente y teme que le vuelva a hacer daño.

Casa quemada
Casa destruida con hacha en caso de maltrato contra una mujer en el Atlántico//
Cortesía

A propósito del aberrante caso de Laura Vanessa Rincón, en Bogotá,cuyo marido le prendió fuego por no lavar los platos y resultó beneficiado con casa por cárcel. En Barranquilla revivió el caso de Yenerilsa Márquez, la mujer que hace exactamente un año se salvó de morir, mientras ardía en llamas después de que su marido intentó quemarla viva, pero los fósforos no le prendieron.

Este hombre, además, destruyó con un hacha la casa donde vivía la víctima, pero sorprendentemente también fue cobijado con medida domiciliaria por reconocer su agresión.

En diálogo con BLU Radio, Yenerilsa aseguró que su caso solo les sirvió a las autoridades para hacer propaganda, porque su expareja anda en las calles buscándola nuevamente y teme que le vuelva a hacer daño.

Esa noche se presentó a las 12:00 de la madrugada, llegó con 5 tipos más. Le echaron gasolina a la casa, a los electrodomésticos y a mí en toda la cara. Fue muy horrible. Gracias a la gloria de Dios los fósforos no prendieron, porque tenía las manos mojadas, sino mi historia fuera otra
relató con voz entrecortada Yenerilsa.

La mañana de este martes, esta mujer, de 32 años, y madre de dos niños volvió a acudir a la Fiscalía para averiguar en qué quedó el proceso judicial en contra de su exmarido, Jorge Armando Bolaño Solano, pues este ha estado tratando de llegar a ella, agregando a sus familiares por redes sociales a través de perfiles falsos.

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Yenerilsa Márquez permaneció durante cuatro meses en una casa refugio habilitada por la Secretaría de la Mujer del Atlántico. Aunque reconoce que salió de allí revitalizada, espera que las autoridades actúen para volver a su hogar y llevar una vida normal, lejos de acosos, amenazas y agresiones.

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