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Continúa la tensión en el municipio de Iscuandé, en Nariño, por la protesta que adelantan líderes campesinos y afro contra el Gobierno Nacional.
BLU Radio llegó hasta el caserío Vuelta Larga en la zona rural de la mencionada localidad donde se concentran más de 2.000 manifestantes.
Estas personas aseguran que el Estado “los quiere doblegar con balas y a la brava” para que permitan reabrir la Alcaldía y comercio de esta población del Pacífico nariñense.
Los negocios permanecen cerrados desde que inició la protesta en la que exigen el retiro de la fuerza pública que llego a la zona rural de este municipio costero.
Tras una reunión entre el comité de paro, integrantes de la red de defensores de derechos humanos y la Personería municipal, se logró que el comercio habrá sus puertas este martes 2 de noviembre.
Según pudo conocer este medio, el acuerdo es por un espacio de cuatro horas entre las 8:00 de la mañana y las 12:00 del inmediato.
Luego de cumplidos los horarios los comerciantes deberán cerrar sus puertas sino deberán agar multas económicas.
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Lo único cierto por ahora es que los campesinos y mineros artesanales de más de 143 veredas, corregimientos y caseríos de Iscuandé afirmaron que no darán su brazo a torcer e indicaron que, si es necesario, defenderán con su vida sus tierras.
En la vereda Vuelta Larga, a unos 40 minutos río abajo, más de 1.000 campesinos siguen en alerta.
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Entre tanto, 80 militares de la Brigada 16 de Ejército esperan la orden para avanzar o retirarse de la zona ante la presión de la comunidad de impedir que siga avanzando la tropa, al parecer, en sus operaciones de la erradicación forzosa de cultivos de hoja de coca.
Ángel Pazmiño, habitante de Vuelta Larga, recordó con nostalgia los hechos ocurridos el pasado 26 de octubre donde uno de sus mejores amigos resulto herido tras ser impactado por un disparo de un arma de fuego.
Insistió al afirmar que un grupo de soldados buscó acercarse al cuerpo, pero los campesinos lo impidieron porque, según ellos, tenían miedo que lo fueran a desaparecer.
Además precisaron que como pudieron lo sacaron en una lancha y de inmediato lo trasladaron, según los campesinos, a un hospital de la ciudad de Cali en donde fue intervenido quirúrgicamente y su estado de salud es de pronóstico reservado.
La indignación en la zona rural de Iscuandé, en el Pacífico nariñense, es total. Los campesinos repiten una y otra vez que “nos van a tener que matar a todos”.
Entre tanto, los dirigentes de esta protesta social aseguran que siguen esperando la llegada de una comisión del alto gobierno para iniciar los diálogos que permita levantar esta movilización y reabrir el comercio y Alcaldía cerradas desde hace más de una semana.
Esta vez, esa comunidad, que durante tantos años ha sufrido los duros golpes por la violencia, protestan por el incumplimiento de acuerdos pactados con el Estado colombiano.
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Dicen que no levantarán el bloqueo al casco urbano de Iscuandé en donde más de 5.000 personas están afectadas por el cierre del comercio hasta tanto llegue a un acuerdo que sea satisfactorio para la comunidad en general.
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El futuro del Clan del Golfo sin ‘Otoniel’
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