Según los analistas políticos, las criptomonedas se han convertido en un tema crucial, con una influencia y relevancia política sin precedentes. Un sondeo reciente de Coinbase, líder en el mercado cripto, muestra que en EE.UU. hay 50 millones de criptousuarios, aunque la Reserva Federal estima que solo 18 millones de ciudadanos están involucrados. Independientemente de quién tenga la razón, lo cierto es que muchos electores se han convertido en una fuerza electoral significativa que podría inclinar la balanza en las próximas elecciones.
Para comprender la influencia del debate sobre criptomonedas en la campaña presidencial , basta con observar dos eventos recientes que han generado mucho ruido y podrían ser decisivos en las votaciones del martes 5 de noviembre.
Primero, tres importantes empresas de criptomonedas han invertido 150 millones de dólares en super PACs para apoyar a candidatos pro-criptomonedas en las elecciones al Congreso. Aunque afirman que no buscan influir en la contienda presidencial, es evidente que el candidato republicano es su preferido. A pesar de haber calificado alguna vez al Bitcoin como una "estafa", ahora ha prometido, de ser elegido presidente, acabar con la represión regulatoria: “¡Bitcoin debería ser HECHO EN EE.UU.!” publicó recientemente.
En segundo lugar, la administración Biden, encabezada por Kamala Harris, ha mantenido una postura hostil hacia las criptomonedas, liderando una ofensiva contra ellas debido a casos de estafa y mala gestión en el sector. Gary Gensler, presidente de la Comisión de Bolsa y Valores, ha demandado a varias empresas de criptomonedas.
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Más allá del debate presidencial en EE.UU. y su impacto en las criptomonedas, es crucial entender cómo estas elecciones podrían afectar un mercado en expansión que también está ganando terreno en Colombia.
María Fernanda Juppet, CEO de CryptoMKT, uno de los exchanges líderes en América Latina con presencia en Colombia, identifica cinco impactos clave que la próxima administración de la Casa Blanca podría tener en la industria:
- Regulación del mercado: Una normativa clara y favorable podría atraer a más empresas e inversores, impulsando el crecimiento del mercado. “No obstante, políticas restrictivas podrían ralentizar la innovación y limitar la adopción de activos digitales, tanto en EE.UU. como en Colombia y el resto de Latinoamérica”, señala Juppet.
- Política fiscal: Las decisiones sobre impuestos en criptomonedas afectarán directamente la inversión. “Un aumento en la carga tributaria o nuevas regulaciones podrían desincentivar a los inversores. En cambio, incentivos fiscales podrían fomentar un crecimiento significativo en la adopción y uso de criptomonedas”, añade Juppet.
- Apoyo a la innovación: Si la nueva administración promueve la investigación y el desarrollo en tecnología blockchain y Fintech, podríamos estar ante una nueva era de aplicaciones y servicios en este sector. “Esto no solo beneficiaría a la industria, sino que también posicionaría a EE.UU. y a países como Colombia como líderes globales en esta tecnología”, explica.
- Estabilidad económica: Las políticas monetarias del nuevo presidente serán cruciales, especialmente en tiempos de crisis económica. “En un escenario de alta inflación, es probable que más personas recurran a las criptomonedas como refugio de valor, fortaleciendo su presencia en el mercado”, sostiene Juppet.
- Relaciones internacionales: La postura del próximo presidente hacia las sanciones y el comercio internacional influirá en la adopción de criptomonedas. “En contextos de restricciones económicas, estos activos pueden surgir como una alternativa viable a los sistemas financieros tradicionales, particularmente en países afectados por sanciones, como Colombia”, concluye.
En resumen, las decisiones que tome la Casa Blanca en los próximos años determinarán si las monedas digitales se consolidan como una parte integral del sistema financiero global o si enfrentarán nuevos desafíos. Con la atención del mundo centrada en EE.UU ., la industria está lista para adaptarse y evolucionar, esperando que se establezca un entorno que fomente la innovación y el crecimiento.
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