Durante una sesión conjunta, las comisiones económicas del Senado y la Cámara de Representantes aprobaron en primer debate el Presupuesto General de la Nación por 547 billones de pesos. Este monto representa una reducción de 10 billones frente al proyecto original del Gobierno, que ascendía a 557 billones, incluyendo la Ley de Financiamiento o reforma tributaria que se vota aparte. La votación se dio en la fecha límite que tenía el Congreso para modificar la distribución del gasto antes de que el presidente pudiera imponerlo por decreto.
El debate se centró en tres ponencias distintas que reflejaban posturas enfrentadas. La primera, defendida por la representante del Pacto Histórico Tamara Argote, quien proponía mantener el presupuesto sin cambios y fue rechazada. En contraste, la segunda ponencia —presentada por la congresista de la Alianza Verde Olga Lucía Velásquez y respaldada por el ministro de Hacienda, Germán Ávila— planteaba el recorte de 10 billones y fue finalmente aprobada con apoyo mayoritario, incluyendo sectores de oposición.
Aunque hubo respaldo para reducir el presupuesto y frenar una imposición directa del Ejecutivo, varios senadores dejaron claras sus líneas rojas. “Votaremos en contra de la reforma tributaria”, advirtió Ciro Ramírez del Centro Democrático, una postura que fue compartida por Efraín Cepeda, del Partido Conservador, y Karina Espinosa, del Partido Liberal.
Con la ponencia aprobada, se deberán hacer recortes: más de 6 billones en gastos de funcionamiento y más de 3 billones en inversión.
Reacciones por aprobación de presupuesto
Desde el Ministerio de Hacienda se destacó el logro del consenso, pese al recorte.
“Lo que hemos logrado el día de hoy es un escenario de acuerdos y de consensos entre el Congreso de la República y el Gobierno nacional, para dar un avance en la aprobación del presupuesto”, afirmó el ministro Germán Ávila.
Ávila añadió que el actual momento es un buen punto de partida, al referirse a la relación con el Congreso: “Realmente no es agridulce, es un momento dulce de la relación entre el Congreso y el Gobierno. Hay una primera etapa lograda que es la aprobación del presupuesto por 547 billones de pesos”.
La senadora Angélica Lozano también dejó abierto un punto de debate al presentar una proposición para impedir que la reforma tributaria, en caso de no aprobarse, sea sustituida con deuda nueva. Esta propuesta será discutida durante el segundo debate del presupuesto.
Desde el Ministerio del Interior también hubo respaldo a la decisión legislativa. Así lo expresó Armando Benedetti, quien además reconoció que estaban de acuerdo en eliminar el artículo que otorgaba facultades extraordinarias al presidente Petro para modificar algunas inversiones de vigencias futuras de obras de infraestructura.
“Me parece muy bien y muy loable lo que ha hecho hoy el Congreso”, dijo el mininterior.
Una de las voces más críticas fue la del senador Efraín Cepeda, quien celebró el freno de la “dictadura fiscal” y el retiro de las citadas facultades, al advertir que permitir esas modificaciones sin control del Congreso era “cosa peligrosa para la inversión en Colombia”.
Cepeda también arremetió contra el crecimiento del gasto estatal previsto para el año próximo por parte del gobierno de Gustavo Petro.
“Lo que estamos es frenando el gasto de funcionamiento que a usted le crece 37 billones (…) más bien dígale a sus ministros que ejecuten el presupuesto”, dijo, aludiendo a los recursos aún no utilizados.
Según el senador conservador, hay cerca de 60 billones de pesos sin ejecutar en el presupuesto de 2025.