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Grupo de Energía de Bogotá pide agilizar decisiones administrativas para evitar crisis de energía

“Bogotá podría enfrentar un apagón si no se ejecutan obras antes de 2027”, dijo Juan Ricardo Ortega, presidente del Grupo de Energía de Bogotá.

Crisis de energía en Bogotá
Imagen de referencia
Foto: Grok

El presidente del Grupo de Energía de Bogotá (GEB), Juan Ricardo Ortega, hizo un llamado urgente al gobierno nacional para acelerar las decisiones administrativas que permitan destrabar los proyectos de interconexión eléctrica en la sabana occidente, cuya parálisis amenaza con provocar una crisis energética en la capital del país y en buena parte del centro del territorio nacional.

Durante una entrevista concedida a Mañanas Blu, Ortega subrayó la gravedad del rezago en las obras de infraestructura eléctrica. “Estamos diez años retrasados”, afirmó, al referirse a las líneas de transmisión que debieron entrar en operación en 2015 y que hoy, en 2025, siguen estancadas por falta de licenciamientos, conflictos con comunidades y ausencia de actos administrativos.

“Si no se logra avanzar, Bogotá se enfrenta al riesgo real de un apagón o un racionamiento energético en los próximos años”, advirtió Ortega.

Un sistema eléctrico vulnerable y contra el tiempo

La situación no es nueva. El alcalde Carlos Fernando Galán, en el reciente Congreso de Acolgén, comparó el estado del sistema energético de la capital con una carretera destapada sin llanta de repuesto. Una falla en una sola planta, como Termocipa, “nos llevaría a una situación crítica de desabastecimiento de energía en la capital del país”, señaló.

Ortega complementó la alerta del alcalde y explicó que el sistema de interconexión eléctrica del centro del país no tiene la robustez suficiente para abastecer la demanda actual. La dependencia de plantas antiguas como Termocipa —que opera con cinco turbinas de los años 60— y la falta de infraestructura para traer energía de fuentes como Ituango o Sogamoso, han generado un “cuello de botella” que compromete el abastecimiento.

“No somos capaces de traer energía de Ituango ni de Sogamoso. Todo el enmallado nacional no le está funcionando a Bogotá”, sostuvo Ortega.El punto crítico se ubica en la subestación Norte, encargada de recibir la energía de los sistemas de Sogamoso y Chivor. Esta infraestructura aún no tiene licencia ambiental completa, aunque según Ortega, se han logrado avances gracias al trabajo diligente del Ministerio de Ambiente. El objetivo es que esté operativa en un plazo máximo de 18 meses.

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“La fecha crítica es mediados de 2027. Estamos contrarreloj. Si no se entrega a tiempo, la situación se volverá insostenible”, alertó.

El efecto de este rezago ya se siente en la ciudad. Según Ortega, hay más de 3.000 viviendas en el norte y occidente de Bogotá que no pueden ser conectadas a la red eléctrica. Asimismo, proyectos estratégicos como una fábrica de vacunas están detenidos por falta de disponibilidad energética.

“Hoy no se puede adelantar una expansión industrial, comercial o incluso residencial en estas zonas, porque no hay cómo conectar la red eléctrica”, explicó el presidente del GEB.La construcción de las torres de transmisión está siendo obstaculizada por la desinformación en algunas comunidades, quienes temen efectos en la salud o en los recursos hídricos. Ortega fue enfático en rechazar estas creencias: “Es absolutamente falso que las torres generen cáncer. Hay estudios de la Unión Europea que lo demuestran”.

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Controversia por tarifas de gas: “El país se quedó sin gas”

Durante la entrevista, Ortega también se refirió a la polémica por el incremento en las tarifas del gas, que ha sido atribuido por la Superintendencia de Servicios Públicos a supuestas prácticas abusivas por parte de Banti, empresa distribuidora de gas en la región centro del país y de la cual el GEB posee el 25 %.

Ortega desmintió estas acusaciones y explicó que el alza obedece a factores estructurales del mercado, como la escasez de gas y el incremento en los precios de la molécula, muchos de ellos originados por Ecopetrol y su filial Jocol.

Nos están obligando a comprar gas nacional a precios de gas importado. Yo tuve que pagar $12 por una molécula que históricamente costaba $4”, reveló.Además, explicó que el sistema de distribución de gas no puede operar bajo criterios de consumo promedio, ya que lo crítico es atender los picos de demanda sin perder presión en los tubos de distribución.

“El sistema de gas no está diseñado para el promedio. Si no se atiende el pico de consumo, el sistema colapsa. Y eso es lo que está ocurriendo”, señaló.