Conocida cantante del grupo Ventino habla de que padece una seria enfermedad: "No tiene cura"
Exintegrante de Ventino reveló en redes sociales que su diagnóstico tardó varios años.
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Olga Vives, exintegrante de Ventino, sorprendió a sus seguidores al compartir un testimonio muy personal en sus redes sociales.
La cantante decidió hablar por primera vez sobre la enfermedad autoinmune que padece desde hace varios años.
La psoriasis, una condición crónica, inflamatoria y genética que afecta la piel, el cuero cabelludo, las uñas e incluso las articulaciones.
En un video publicado en Instagram, Olga Vives explicó que este paso hace parte de su proceso de aceptación y que su intención es generar conciencia sobre la enfermedad y la estigmatización que sufren quienes la padecen.
“Más del 30 % de las personas con psoriasis experimentan depresión y ansiedad, y existe un mayor riesgo de otras complicaciones como infartos, derrames cerebrales e incluso alcoholismo”, mencionó.
La artista recordó que su diagnóstico no fue inmediato. Durante años, diferentes médicos confundieron sus síntomas con un simple hongo en la uña, lo que la llevó a tratamientos ineficaces que incluso afectaron su hígado.
Solo después de visitar varios especialistas, un médico identificó la verdadera causa. Con el tiempo, la enfermedad también comenzó a afectar sus articulaciones, generándole dolor e inflamación en las manos, rodillas y pies, lo que complicó su rutina y su carrera artística.
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“Hubo momentos en los que no podía bailar bien en los ensayos, dejé de tocar piano y me costaba cargar un vaso de agua”, confesó. En medio de las crisis, recibió corticoides para controlar la inflamación.
Pero nunca inició un tratamiento continuo. Con el tiempo logró mejorar gracias a cambios en sus hábitos de salud, aunque reconoce que esto no es suficiente para todos los casos.
Además de relatar su experiencia, Vives hizo un llamado a sus seguidores para que no ignoren los síntomas y busquen atención médica adecuada.
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También enfatizó la importancia de aceptar el diagnóstico, seguir las indicaciones profesionales y no suspender tratamientos sin supervisión. “Gracias a Dios mi caso no ha sido severo, pero es una enfermedad que no tiene cura y que debemos aprender a manejar”, concluyó.