Una parte del planeta podrá asistir la noche del domingo al lunes a un eclipse total de Luna, un fenómeno poco frecuente durante el cual el brillo del satélite se opaca y toma progresivamente una coloración cobriza.
El ocultamiento de la Luna por la sombra de la Tierra se podrá observar en América del Sur y Central y en la parte oriental de América del Norte. También se percibirá desde regiones de Europa y África.
El eclipse total de Luna se produce generalmente dos veces por año, cuando el Sol, la Tierra y la Luna están perfectamente alineados y la Luna se halla en su fase llena.
A medida que se sumerge en la sombra de la Tierra, la Luna pierde su blancura. Pero sigue siendo visible, pues los rayos solares, desviados por la Tierra, le siguen llegando a través de la "refracccción atmosférica", explica a la AFP Florent Deleflie, del Observatorio de París-PSL.
"Durante un eclipse, solo la Tierra puede iluminar a la Luna a través de este reenvío de rayos rojos", añade el astrónomo.
El fenómeno puede apreciarse a simple vista y con un cielo despejado es extremadamente fotogénico. El eclipse durará unas cinco horas y en su fase total, cuando el astro se ve totalmente abarcado por la sombra de la Tierra, un poco más de una hora.
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El próximo eclipse total de Luna se producirá en noviembre, en pleno océano Pacífico.
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Florent Deleflie recuerda que los eclipses lunares permitieron demostrar "desde la Antigüedad" que la Tierra es redonda. "Sobre el disco lunar, el límite entre la zona de sombra y la parte iluminada por el Sol es ligeramente curva: es la proyección de la redondez de la Tierra", explica.
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