Este detalle salvó de la pena de muerte a un hombre acusado de asesinar a su hija
El hombre iba a ser ejecutado mediante la inyección letal por la muerte de su hija Nikki, de dos años, que ocurrió hace más de dos décadas.
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Un tribunal de apelaciones en Texas, en Estados Unidos, suspendió este jueves, 9 de octubre, la ejecución de un hombre que había sido condenado por la muerte de su hija.
En el juicio que lo condenó, sus acusadores argumentaron que la menor presentó signos del "síndrome del bebé sacudido", diagnóstico hecho en el hospital donde falleció, sugiriendo que la niña fue agredida por el padre.
Robert Roberson, de 58 años, iba a ser ejecutado este 16 de octubre mediante la inyección letal por la muerte de su hija Nikki, de dos años, que ocurrió en el año 2002.
Roberson clama inocencia y cuenta que él mismo la llevó al hospital cuando su salud se complicó. Su defensa recuerda que el diagnóstico usado para culparlo es considerado actualmente "junk science" (ciencia basura, en español).
Además, la defensa argumentó que, durante la sentencia, se utilizaron argumentos científicos erróneos.
La sentencia sostiene que Nikki tenía lesiones cerebrales y oculares compatibles con el "síndrome del bebé sacudido". Sin embargo, especialistas han explicado que esa combinación de síntomas para el diagnóstico está desacreditada por la ciencia moderna.
Según detalló la abogada de Roberson, Gretchen Sween, la causa de la muerte de Nikki fue una neumonía, agravada por la prescripción de medicamentos inadecuados por parte de los médicos, y las lesiones podrían haberse producido cuando trataron de reanimarla en el hospital.
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Ante ello, el Tribunal de Apelaciones Penales de Texas suspendió la ejecución y envió el caso a una corte inferior, que evaluará la impugnación de la condena.
El tribunal citó su propia jurisprudencia en un caso similar, donde consideró que el conocimiento científico sobre el síndrome del bebé sacudido ha evolucionado y sugirió la absolución del condenado.
"Nos sentimos aliviados y agradecidos (...). Confiamos en que una revisión objetiva de la evidencia científica y médica demostrará que no hubo delito", sostuvo Sween este jueves.
Un grupo bipartidista de legisladores texanos pidió clemencia para Roberson al citar "nueva y voluminosa evidencia científica". El fiscal general del estado, Ken Paxton, en cambio, insiste en acusar a Roberson.
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Sin embargo, un detalle que le dio relevancia al caso es que Roberson padece de autismo, una condición del neurodesarrollo que afecta la comunicación, la interacción social y el comportamiento en las personas, que no le fue diagnosticada sino hasta 2018.
El tema llamó la atención del novelista estadounidense John Grisham y del Proyecto Inocencia, que trabaja para revertir condenas injustas.
El trastorno del espectro autista de Roberson también contribuyó a su condena porque se malinterpretó su falta de reacción emocional, dijo su defensa.
Incluso, el hombre que lo puso tras las rejas, el expolicía Brian Wharton, pidió perdón. "Sabiendo todo lo que sé ahora, estoy firmemente convencido de que Robert es inocente", dijo.
Este es un caso que conmocionó a los Estados Unidos, y es que, durante lo corrido de 2025, se realizaron 34 ejecuciones en ese país.