Habla mamá de joven que perdió la vida tras ataque a manos de su pareja y su cuñado: "Lastimada”
Nadia fue asesinada por asfixia por su pareja y su cuñado dentro de su vivienda, frente a sus tres hijos de 5, 4 y 2 años.
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El feminicidio de Nadia Alejandra Musiño Márquez, ocurrido en 2004 en el Estado de México, volvió a ser recordado por su familia como un ejemplo de violencia e impunidad. En entrevista con el podcast Voces Ausentes, María Antonia Márquez, su madre, reveló detalles de lo sucedido.
Nadia, descrita por su madre como una joven “alegre” y la mayor de sus hijas, fue asesinada por su esposo, Bernardo, y su cuñado, Isidro, luego de años de maltrato. Según el relato de su madre, María Antonia, la violencia comenzó poco después de que Nadia conociera a Bernardo en el transporte público. Aunque la familia política contaba con recursos económicos, la joven vivió en condiciones “excesivamente precarias”, sin electrodomésticos básicos y sometida a fuertes restricciones.
Bernardo no le permitía trabajar y los signos de agresiones eran constantes, señaló su madre. “Estaba totalmente lastimada”, recordó Márquez, quien afirmó que Nadia usaba prendas masculinas para ocultar los golpes: “No era la misma Nadia que se me fue”.
El 2 de junio de 2003, día del cumpleaños de su hija menor, ocurrió uno de los episodios más graves. Nadia encontró a Bernardo con una sobrina de él: “La encontró teniendo relaciones con una sobrina suya —hija de una de sus hermanas— y entonces Bernardo le dio una paliza tremenda, tan fuerte que le fracturó dos costillas. Después la llevó y la encerró en una casa en construcción, de la que yo no tenía ni idea”, relató.
Tras la agresión, fue mantenida secuestrada casi tres semanas. Al ser liberada, huyó y presentó una denuncia por privación ilegal de la libertad y lesiones. Pese a que la víctima “pidió ayuda y atención a las autoridades”, según su familia, no hubo respuesta efectiva del Estado.
Meses después, a finales de septiembre, Bernardo la encontró nuevamente y la obligó a regresar bajo amenazas contra sus seres queridos. Su madre incluso lo encaró, preguntándole directamente: “¿Qué le hiciste a mi hija?”, pero él desestimó cualquier intento de denunciarlo.
El 12 de febrero de 2004, Nadia fue asesinada por asfixia por Bernardo e Isidro dentro de su vivienda, frente a sus tres hijos de 5, 4 y 2 años. Los agresores abandonaron el cuerpo arrodillado en el baño y amenazaron a los menores con herirlos si hablaban.
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Los niños se escondieron debajo de la cama hasta que el mayor, Carlos, pidió un cerillo a una vecina para encender una vela. Fue entonces cuando Uriel, de 4 años, reveló lo ocurrido: “Es que mi mamita está muerta”.
La familia denunció graves fallas en la actuación inicial de las autoridades. El caso fue tratado como un suicidio, no hubo acordonamiento de la escena y la soga utilizada nunca fue asegurada como evidencia. Solo después de dos semanas y del testimonio de los niños ante el Ministerio Público comenzó la investigación por homicidio.
Isidro fue condenado inicialmente a 42 años y 6 meses, pero terminó absuelto en apelación luego de que magistrados desestimaran las declaraciones de los niños. Bernardo fue detenido hasta 2012, años después del feminicidio, y aunque tiene una sentencia, esta aún no está en firme.