Reconocido empresario asesinó a su exnovia y a su nueva pareja; su madre lo delató
Según la investigación, el crimen ocurrió durante una fiesta que se extendió todo el fin de semana.
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Un doble homicidio que tiene como principal acusado a Hernán Efraín Imhoof, un reconocido empresario de 45 años, propietario de una fábrica de aberturas de aluminio, ha conmocionado a Reconquista, en Argentina.
Imhoof fue detenido luego de confesarle a su madre, Nilda Goi, que había asesinado a su exnovia, Carol María Aldana Mora, de 21 años, y al actual novio de ella, Martín Amílcar Blanco, de 36 años. “Me mandé una cagada”, le habría dicho a la mujer antes de que esta llamara de inmediato a la Policía de Santa Fe.
Cuando los agentes llegaron a la vivienda del empresario, en la calle Misiones al 2700, hallaron el cuerpo de Blanco con tres heridas de bala, dos en el hombro derecho y una en la espalda. En el lugar se incautaron tres armas de fuego y varias vainas servidas.
De Carol Mora no había rastros hasta horas después, cuando su cuerpo fue hallado envuelto en cobijas, en una zona rural de Avellaneda. De acuerdo con el informe forense, recibió tres disparos y presentaba fractura de cráneo, lo que indica una violencia extrema.
Según la investigación, el crimen ocurrió durante una fiesta que se extendió todo el fin de semana, con la participación de cinco personas y consumo de drogas. Los fiscales creen que, tras el ataque, Imhoof intentó deshacerse del cuerpo de Blanco, pero no lo logró y convivió durante horas con el cadáver en su casa.
El caso es investigado por los fiscales Sebastián Galleano, Juan Marichal y Luciana Chiavarini, bajo la coordinación del fiscal regional Rubén Martínez, quien confirmó que “es posible que la muerte de la mujer se trate de un femicidio”.
Aunque no había denuncias recientes por violencia de género, allegados a la víctima señalaron episodios de acoso y una relación conflictiva con el empresario, quien ya contaba con antecedentes de agresividad hacia su expareja.
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Los otros dos asistentes a la fiesta fueron demorados y luego liberados, pero sus teléfonos quedaron secuestrados para peritajes.
Mientras tanto, amigos y familiares de Carol encabezaron una marcha de antorchas para exigir justicia y denunciar los antecedentes de violencia de género en torno al acusado.
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