Se detienen las manecillas del Big Ben en Londres: solo ocurre dos veces
El Big Ben es uno de los relojes más emblemáticos del mundo y es considerado uno de los más precisos. En toda su historia ha sufrido dos grandes averías.
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Todos los años, en esta época de año, se detienen las manecillas del emblemático y ya muy conocido Big Ben ubicado en Londres. Es el mecánico Ian Westworth uno de los encargados de esta importante labor, que genera siempre gran curiosidad.
La realidad, más allá de supersticiones y leyendas urbanas, es que se para el reloj durante unas horas en la noche del sábado para poder ajustar el mecanismo al horario de invierno. Asimismo, esto se hace en el cambio de verano.
Aunque se debe hacer con extremo cuidado, es un proceso que empieza en horas de la tarde y, para la mañana del domingo inmediatamente siguiente, ya está funcionando con completa normalidad como en los demás días del año.
La agencia AFP detalló que la operación está “perfectamente coordinada” y que los mecánicos tratan de “aferrarse a un trabajo metódico y bien planificado, sin correr riesgos” de que el reloj esté parado por más tiempo.
“El sábado por la noche subimos aquí y detenemos el gran reloj. Lo paramos de verdad", explicó Ian Westworth en diálogo con AFP.
Indicó que luego, junto a su equipo, apagan las luces de la esfera para que las personas no se confundan y entiendan que el Big Ben no está marcando la hora correcta.
En medio del ajuste de hora, en la torre del reloj se hacen otras operaciones de mantenimiento para verificar que todo esté bien o si es necesario ajustar o cambiar algunas piezas.
"Una vez terminado el mantenimiento, colocamos las agujas en las 12:00 en punto", añadió Westworth.
Este impresionante reloj, considerado uno de los más precisos y exactos del mundo, funciona en Londres desde, exactamente, 1859 y pesa hasta cinco toneladas. Desde entonces, solo ha tenido dos problemas graves que ocasionaron una avería.
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De acuerdos con los registros, el Big Ben se ‘dañó’ después de su inauguración y, luego, pasaron hasta nueve meses para que pudieran arreglarlo.
Otro hecho que marcó la historia ocurrió en medio de la Segunda Guerra Mundial, cuando las autoridades decidieron apagar la luz de la enorme esfera del reloj por miedo a que esto sirviera como una especie de guía para los aviones bombarderos de la época.
En la actualidad, el Big Ben funciona con normalidad y es uno de los sitos más visitados de los turistas y locales.