Capturados por infiltración nunca entraron a Casa de Nariño: jefatura de protección presidencial
Una revisión de los registros oficiales confirmó que ninguno de los cuatro implicados tuvo contacto con el presidente Gustavo Petro.
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Desde la jefatura de protección del presidente Gustavo Petro se aclaró que los capturados por la supuesta infiltración en la seguridad presidencial nunca tuvieron contacto con el primer mandatario; incluso, jamás entraron a la Casa de Nariño. Se hizo, según pudo confirmar Blu Radio, una revisión exhaustiva en los libros de ingreso a Palacio y no hay registros de que la falsa capitán, el mayor, el sargento u otro civil, hayan entrado a las instalaciones.
La Fiscalía, sin embargo, sostiene que la infiltración comenzó en septiembre de 2024. El mayor del Ejército Pedro Nel Jiménez, entonces comandante del Batallón de Fuerzas Especiales Urbanas n.º 5, y el sargento Cristian Padilla Villanueva habrían permitido el ingreso de Luisa Fernanda Salgado, quien se presentó como capitán del Ejército con funciones de inteligencia.
Con esa fachada, la mujer accedió a información reservada, participó en reuniones interinstitucionales con Fiscalía, Gaula, Policía Militar, Fuerza Aérea y la Secretaría de Seguridad, e incluso estuvo en allanamientos y registros. Según el expediente, llegó a organizar en marzo de 2025 una jornada de polígono en la Escuela de Caballería, con armas de uso privativo, a la que asistieron fiscales, familiares y hasta menores de edad. El cuarto capturado, un civil aún no identificado, habría actuado como enlace logístico.
Sin embargo, detrás de esta historia surge una versión distinta. Fuentes cercanas al proceso sostienen que la mujer señalada de hacerse pasar por capitán no era una impostora, sino una informante clave en operaciones contra el Tren de Aragua.
El abogado del mayor Jiménez asegura que la información que entregaba esta mujer permitió capturar a varios integrantes de esa red criminal transnacional, y que sus ingresos a batallones y reuniones no fueron infiltraciones, sino parte de un trabajo de inteligencia encubierto.
Según esa defensa, las capturas no solo afectan la carrera del mayor, quien estaba en lista de ascenso y hoy teme por su seguridad y la de su familia, sino que también podrían frenar las operaciones en curso contra el Tren de Aragua, dejando un flanco abierto frente al crimen organizado.