El pasado 28 de marzo, la colombiana Camila Cardona salió de Medellín a las 10:30 de la noche en el vuelo de Avianca; su destino, Ciudad de México. Llegó en la madrugada al día siguiente y se dirigió a Migración junto con otros extranjeros, donde denunció que recibió un trato diferencial y preocupante, pues, incluso, les quitaron el pasaporte y los dejaron incomunicados.
Camila relató en Mañanas Blu que, desde su llegada a Migración, los colombianos fueron separados de los demás viajeros y sometidos a un interrogatorio adicional. Fueron llevados a un cuarto frío, sin comunicación y sin servicio de baño. Esta situación se prolongó hasta aproximadamente las 9:00 o 10:00 de la mañana, sin recibir ninguna explicación por parte de las autoridades a cargo.
“Nos separaron a los colombianos y a los demás extranjeros. Pasamos el primer filtro, pues presenté todos mis documentos, la reserva del hotel, la solvencia económica. Dije que obviamente iba de turismo, presenté como los planes que tenía y demás y como que no les convenció. O sea, siempre me pasaron como una segunda entrevista con un agente allí; antes de pasar nos pasaron primero con un oficial de Policía, nos quitaron el pasaporte, todos los documentos y el teléfono. A partir de allí, pues estábamos totalmente incomunicados”, contó.
Eso los alertó y la preocupación empezó a creer entre ellos, ya que no tenían contacto con sus familias y desconocían que estaba pasando realmente; comentó que “ni a una llamada” tenían derecho. Camila aseguró que tenía planeado quedarse en México del 28 de marzo al 5 de abril para “cumplir una promesa” a la basílica de la Virgen de Guadalupe y disfrutar de unas vacaciones; sin embargo, nunca pudo iniciar su viaje y perdió alrededor de ocho a nueve millones de pesos en reservas de hotel y otros gastos.
Según dijo, ahora no tiene intenciones de volver a México después de esa experiencia. Añadió que aún se encuentra recuperando tanto física como emocionalmente de lo ocurrido y está buscando recuperar el dinero que invirtió en su viaje fallido.
Durante su tiempo en el cuarto de Migración, observó cómo las autoridades trataban de manera discriminatoria a los colombianos, incluso, “burlándose” de ellos. Muchas personas, incluyendo niños, quedaron en el lugar intentando resolver su situación, sufriendo las condiciones precarias en las que estaban en ese momento.
“Sí, nos trataban diferente. O sea, desde el inicio nos trataban muy diferente a nosotros, incluso hasta nos gritaban, se reían de nosotros por estar en esa situación. Ahí, básicamente, solamente había personas colombianas. Los demás los dejaban pasar derechos sin preguntarles nada y nada”, recordó Cardona.
De acuerdo con su relato, la deportación se llevó a cabo sin ninguna justificación clara por parte de las autoridades migratorias en México. Al dejar el cuarto de Migración en el que estaban, no recibieron ninguna compensación por los gastos y daños sufridos. Además de las pérdidas económicas, el trato inhumano y los daños psicológicos de esta experiencia les dejó.
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