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Aunque la cita para el almuerzo en la Curia Arzobispal era a la 1:00 p.m., el presidente Gustavo Petro llegó sobre las 2:16 p. m. Sin duda, la foto que queda de este encuentro es la que muestra al mandatario junto al cardenal Luis José Rueda Aparicio, quien estaba en medio de él y del presidente del Senado, Efraín Cepeda. Precisamente eso era lo que quería transmitir la Iglesia con esta invitación: ser un puente entre los poderes para buscar la unidad del país.
El ambiente de la reunión, dicen desde la Conferencia, fue bueno, y al término hubo una rueda de prensa. El presidente de la Conferencia Episcopal, Francisco Javier Múnera, se refirió al crítico estado de salud del senador Miguel Uribe:
“La primera palabra es profunda solidaridad con él, con su familia y con el país, que está sintiendo este sufrimiento. Eso ha traído compasión y estamos pendientes de un milagro. Lo suplicamos a Dios con gran esperanza. Le pedimos a Dios fortaleza para afrontar este momento tan difícil. Como él, tantas familias son víctimas de la violencia. Mantener viva la oración es lo que mantiene viva en nosotros la esperanza”, dijo.
También hablaron del acuerdo que firmaron todos los asistentes: desarmar la palabra y rechazar todo tipo de violencia para resolver los conflictos.
La idea de la Iglesia católica es que estos ejercicios se extiendan a los territorios y se replique en otras regiones donde la violencia ha cobrado todo tipo de víctimas.
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