Defensora de DDHH critica a Petro por burdel en Lisboa: “¿Es cultura tratar a mujeres como carne?”
La defensora también criticó la falta de acciones del Gobierno para atender a las víctimas de trata y explotación sexual en el país.
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La controversia por un gasto registrado en el Ménage Strip Club, un establecimiento para adultos en Lisboa, volvió a poner al presidente Gustavo Petro en el centro del debate público. La visita al lugar quedó consignada entre sus consumos oficiales de mayo de 2023, y el tema resurgió luego de que el mandatario autorizara la divulgación de todos sus gastos personales desde 2022 con el fin de despejar dudas sobre el manejo de sus ingresos.
El presidente Petro volvió a pronunciarse este jueves 20 de noviembre a través de su cuenta en X, donde publicó un mensaje en el que afirmó: “Hay dos cosas que he aprendido en la vida: a no acostarme con una mujer de la que no nazca nada en mi corazón y a no comprar sexo cuando aún soy capaz de la seducción y de la poesía. Siempre hay que combinar la sexualidad con la cultura. Eso se llama erotismo”.
La defensora de derechos humanos Claudia Yurley Quintero, psicóloga y fundadora de la ONG Empodérame, dedicada a prevenir y acompañar víctimas de explotación sexual y trata de personas, rechazó el comportamiento del presidente Petro. En entrevista con Mañanas Blu, con Camila Zuluaga, cuestionó duramente el enfoque del presidente frente al tema y el impacto de sus declaraciones.
“¿Qué es cultura? ¿La explotación de las mujeres? ¿La exhibición de las mujeres como carne es cultura?”, señaló Quintero, al rechazar la idea de que la asistencia a un establecimiento de este tipo pueda justificarse como una experiencia cultural o erótica. Recordó que en lugares similares en Europa han sido rescatadas mujeres colombianas víctimas de trata, engañadas con falsas promesas de trabajo y luego sometidas a explotación sexual.
La defensora también criticó la falta de acciones del Gobierno para atender a las víctimas de trata y explotación sexual en el país. Aseguró que, tras el fin de la financiación proveniente de programas de cooperación internacional como los de USAID, el Estado no ha asumido plenamente la atención de estas mujeres. “Las víctimas de trata en Colombia no tienen absolutamente nada. No conozco una sola mujer que haya recibido apoyo del Gobierno para salir de la prostitución”, afirmó.
Según Quintero, muchas mujeres en condiciones de extrema vulnerabilidad recurren a la prostitución sin que existan rutas reales para abandonar esa situación. Sumado a ello, denunció que la figura de “actividades sexuales pagas”, utilizada en algunos lineamientos oficiales, no existe en normas internacionales de derechos humanos y terminaría invisibilizando la explotación.
Por ello, insistió en que la discusión va más allá de un juicio moral y se relaciona directamente con las señales que envía un jefe de Estado respecto a un fenómeno que afecta a miles de mujeres colombianas, muchas de las cuales terminan explotadas en países europeos, incluida la península ibérica.
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