
El ministro de Defensa, Pedro Sánchez, se pronunció este domingo desde el departamento del Cauca, tras el exitoso rescate de 57 militares que habían sido secuestrados por una comunidad presionada por el grupo armado residual Carlos Patiño. La operación, denominada Justicia, fue llevada a cabo sin un solo disparo, en coordinación entre tropas de la Tercera División del Ejército Nacional y unidades de la Policía.
“Aquí me encuentro junto a nuestro ministro del Interior para decirles que toda Colombia los estaba esperando”, expresó Sánchez a los uniformados rescatados. “Quien secuestra un militar, quien secuestra un policía, también secuestra la libertad, también secuestra la seguridad, también secuestra la esperanza. No lo vamos a permitir y no lo vamos a tolerar”.
El secuestro ocurrió en zona rural de El Tambo, una región afectada por la influencia del grupo armado Carlos Patiño, en el Cañón del Micay. De acuerdo con información oficial, los militares fueron retenidos por una comunidad que habría actuado bajo presión de esta estructura armada, la cual opera en el suroccidente del país.
El ministro destacó la actuación ejemplar de los soldados, quienes, pese a estar rodeados y bajo amenaza, evitaron el uso de la fuerza letal: “Eso demuestra la ética superior de un militar y de un soldado, de un colombiano, de un policía”.
La operación, según reveló Sánchez, fue cuidadosamente planeada para minimizar los riesgos, no solo para los uniformados, sino también para la comunidad. “Fue un rescate perfecto”, aseguró, al tiempo que confirmó la captura en flagrancia de varias personas implicadas presuntamente en el secuestro.
El jefe de la cartera de Defensa reiteró el compromiso del Gobierno con los derechos humanos, pero dejó claro que no se permitirá que continúe la violencia armada contra las fuerzas del Estado ni contra la población civil: “Estos criminales deben dejar de asesinar a nuestro pueblo. O se desmovilizan y se someten a la justicia, o son capturados o abatidos si tienen armas u ofrecen resistencia letal”.
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Por su parte, el Ejército anunció que mantendrá su presencia en el Cañón del Micay, considerado un corredor estratégico para estructuras ilegales, con el objetivo de garantizar la seguridad de la población, reafirmar el control territorial y restablecer la tranquilidad en la zona.
