La Amazonía no solo es el pulmón del mundo: es hogar, vida y futuro. En una operación binacional sin precedentes, las autoridades de Colombia y Brasil asestaron un fuerte golpe a la minería ilegal que destruía los ríos y financiaba estructuras criminales vinculadas a los carteles de alias 'Mordisco' y alias 'Araña'.
En el marco de la operación Amazonas Libre II, coordinada por la Policía Nacional, la Fuerza Aérea Colombiana, el Comando contra el Crimen Organizado (CCPI) y la Policía Federal de Brasil, se desplegaron 92 uniformados especializados y tres helicópteros UH-60 en una zona selvática de difícil acceso.
El resultado fue contundente: 14 dragas, 33 motores, tres remolcadores, una excavadora, 4.800 galones de combustible y 2,5 kilogramos de mercurio destruidos, lo que representa un golpe directo a una renta criminal superior a 12.000 millones de pesos. Según los reportes, cada draga extraía hasta 6.000 gramos de oro mensuales, generando una producción estimada en USD 9,3 millones al mes para los grupos ilegales.
Más allá del impacto económico, el operativo evitó un daño ambiental irreversible: el uso de mercurio y maquinaria pesada estaba contaminando el río Puré, hábitat de especies amenazadas como el delfín rosado, el jaguar y el manatí, además de poner en riesgo el territorio de la última tribu no contactada del país.
“Proteger la Amazonía es proteger nuestra identidad, nuestra biodiversidad y el futuro de nuestros hijos. Estamos donde debemos estar, cumpliendo con la seguridad, la vida y la defensa del país”, afirmó el ministro de Defensa, Pedro Sánchez, al destacar los resultados de la operación.