La novela detrás de los encuentros entre Santos y Uribe a lo largo de la historia
Durante estos seis años, cuatro en los que estuvo en juego la paz, el expresidente Álvaro Uribe Vélez ganó la batalla.
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Hace seis años, el 7 de agosto del 2010, Álvaro Uribe Vélez salía de la Presidencia de la República para entregarle el mandato al que hoy sería su mayor opositor, el presidente Juan Manuel Santos. Ese día fue el último acercamiento amable que ambos jefes de estado tuvieron.
En su última alocución, paradójicamente, el expresidente y senador Álvaro Uribe pidió total apoyo de Colombia a Santos.
“Apoyemos todos al presidente Juan Manuel Santos, a su Gobierno, que sea una etapa de gran prosperidad para la patria, con inmensa equidad”, manifestó.
Aquel siete de agosto el expresidente Uribe en la alfombra roja para la entrada a la Casa de Nariño en un abrazo fraterno le auguraba un futuro próspero a su exministro de Defensa y mano derecha, con quien poco tiempo después iniciaría toda una guerra política.
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Y es que en estos últimos encuentros del año 2010 Uribe mantuvo la confianza política depositada en el presidente Juan Manuel Santos. Durante una condecoración, dos días antes de posesionarse oficialmente, el expresidente resaltó “la honorabilidad y trabajo por la patria” que continuaría Juan Manuel Santos.
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“Señor presidente me honra mucho entregarle la orden de Boyacá, la orden de San Carlos y la orden Nacional al Mérito… La autoridad que usted la entiende, la ejerce y la comprende como un requisito fundamental” “Hoy tengo yo, el honor de entregarla a un sobresaliente hijo de la patria (…) hoy es un acto de reconocimiento, respeto y afecto, a los suyos y a usted”, dijo Uribe a Santos en su momento.
Y como si pudiera ver lo que venía 6 años después, Álvaro Uribe Vélez en este discurso le dijo que era necesario buscar el camino de paz, pero en una unidad para las nuevas generaciones.
“Y siento como la mayoría de nuestro compatriotas una gran ilusión por su gobierno, las generaciones desde 1940 no han tenido un día de paz. Es que tenemos que cumplí un deber para que las nuevas generaciones de colombianos puedan vivir feliz en el fecundo suelo de la patria”, manifestó Uribe.
Pero poco tiempo después la división entre ambos sería evidente: la andanada política sería de parte y parte, argumentando que Santos abandonó su línea política.
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“El discurso de las Farc pronunciado desde la cómoda zona de despeje de Oslo, sin el calor tropical y los mosquitos del Caguán, a algunos nos genera este tipo de reacciones”, manifestó Uribe.
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El presidente Santos no se quedaba atrás, defendiendo a capa y espada lo que sería el avance en la paz.
“No vengo aquí a un pugilato, yo no vengo aquí como un rufián de esquina a demostrar que soy el que manda en el barrio… yo no vengo aquí con resentimientos ni con odios”.
Y el contra punteo a lo largo de estos años y los últimos 4 en medio del proceso de paz continuó; el expresidente Uribe rechazó desde el principio lo que aún no se le estaba otorgando a las Farc.
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“Ha habido mayor interés en congraciarse con la guerrilla como interlocutor, que en defender a los ciudadanos”.
Santos, sin embargo, continuó y mantuvo aquellas negociaciones.
“Óigase bien, yo no creo en los partidos hechos a la medida, que se acortan o se alargan (…) al ritmo de las necesidades del caudillo o del mandamás de turno”.
Y eso sí, Uribe no perdonó que Santos en su mandato no continuara al ritmo de Uribe.
“Si el discurso de las Farc en Oslo, era para la galería, puede ser que Chávez invite a las farc que negocie, firme un acuerdo para aprovechar la amplia impunidad ofrecida”.
Santos, al paso de las críticas, señaló desde el principio que la paz siempre ha sido el objetivo
“Yo sé que me han acusado de ser una especie de un lobo con piel de oveja, y que llegué bajo un mandato y estoy ejerciendo otro (…) es una doble moral venir aquí a hacer votos de fe y rasgarse las vestiduras, mientras debajo del poncho se prepara una puñalada contra nuestra colectividad”.
Durante estos seis años, cuatro en los que estuvo en juego la paz, el titánico político expresidente Álvaro Uribe Vélez ganó la batalla y este miércoles a las 11 y 30 de la mañana nuevamente deberán darse la mano y sentarse a dialogar, para llegar a un acuerdo que le quite el freno a la implementación de los acuerdos de paz.
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