Crecen dudas por suspensión de operaciones militares durante diálogos con disidencias
La medida del Gobierno en Nariño y Putumayo reavivó cuestionamientos sobre los límites del proceso con el Ejército Bolivariano.
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El decreto presidencial que ordenó suspender parcialmente las operaciones militares en zonas de Nariño y Putumayo, con el fin de permitir la movilización del material de guerra entregado por las disidencias en negociación con el Gobierno nacional, generó inquietudes sobre los límites del proceso con la Coordinadora Nacional del Ejército Bolivariano (CNEB).
Mientras algunos sectores alertaron sobre los riesgos de la medida, otros la interpretaron como una señal de avance hacia la paz. Desde Indepaz, su director Leonardo González resaltó que este tipo de gestos pueden fortalecer los procesos de diálogo, pero insistió en que deben verse acompañados de hechos concretos.
“La paz no se mide solo por la entrega de armas, sino por el cese de imposiciones, de amenazas y de las formas de gobernanza armada que sustituyen al Estado y someten a las comunidades”, afirmó.
De manera paralela, el Gobierno nacional prepara el reinicio de las negociaciones con las disidencias de alias Calarcá, que operan en Antioquia, Norte de Santander y el Arco Amazónico. Desde el Congreso, el representante de las Curules de Paz, Diógenes Quintero, expresó preocupación por la falta de claridad en el manejo de estos acercamientos.
“Es importante conocer cuáles son los límites que va a tener el Gobierno Nacional en estos diálogos. Hoy pareciera que las negociaciones y todo lo que se lleva a cabo en materia de paz ya perdió el interés de la sociedad civil y de la opinión pública. Parece como si dejáramos que el comisionado Otty Patiño haga lo que quiere”, señaló el congresista.
Por su parte, el representante Cristian Avendaño, miembro de la Comisión de Paz de la Cámara, advirtió que los nuevos ciclos de negociación deben tener como premisa la protección del calendario democrático.
“Estos diálogos tienen que darse garantizando el desarrollo normal de las elecciones de 2026. En los procesos anteriores no hubo avances significativos: se acordaron ceses al fuego y mecanismos de verificación, pero al final, si se violentaron, es como si no se hubiese avanzado en absolutamente nada”, explicó.
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El congresista consideró que, aunque el propósito de los diálogos podría tener un fin loable, aún no se reflejan resultados concretos.
“Tal vez el objetivo sea garantizar unas elecciones pacíficas, pero hasta ahora eso no se ve”, agregó.
Las advertencias se dan en medio de la preocupación por la seguridad en varias regiones, luego de que las disidencias del Frente 33 de las FARC fueran señaladas como responsables del ataque con drones ocurrido el pasado 21 de agosto en Amalfi, Antioquia, que dejó 13 policías muertos.