El pasado 26 de octubre de 2022, el Gobierno nacional recibió como por parte de la Sección de Asuntos Antinarcóticos y Aplicación de la Ley de la Embajada de EE. UU. una donación de 12 helicópteros Black Hawk, que fueron bautizados como “La flota de las guacamayas”. Esas aeronaves están destinadas para la protección de la selva amazónica, lucha contra la deforestación y la minería ilegal.
Un año y tres meses después, estos helicópteros están distribuidos en la Amazonía y usados en diferentes operaciones relacionadas con la protección del medio ambiente.
En medio de la emergencia ambiental que vive el país, todos los recursos son necesarios para afrontar los cientos de incendios y estas aeronaves son claves en la atención a las altas temperaturas y la reacción al fenómeno de El Niño.
Blu Radio conoció que esta “flota de las guacamayas” está a cargo de la Dirección de Antinarcóticos de la Policía Nacional y Carabineros. Hoy esas fuerzas ya adecuaron dos de esos helicópteros para la atención de los incendios en el país, uno de ellos está atendiendo las conflagraciones en Bogotá.
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Aunque parece que fueran pocos los helicópteros atendiendo los diferentes hechos que ocurren por cuenta de las altas temperaturas, Blu Radio también pudo establecer que no todas las aeronaves que hacen parte de la “flota de las guacamayas” pueden ser adecuados para atender las emergencias, porque se requieren sistemas especiales; por ejemplo, adaptar los bambi bucket, que es un balde especializado suspendido de un cable transportado por un helicóptero para transportar agua para la extinción de incendios aérea.
Aunque el Gobierno había anunciado que pintaría estos helicópteros de los colores de guacamayas, estas aeronaves hoy no están transformadas por cuestiones de seguridad y sobrevuelan los cielos como cualquiera de los demás helicópteros dispuestos por la Fuerza Aeroespacial Colombiana.
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El Gobierno también le confirmó a Blu Radio que el Gobierno ya dispuso de dos avionetas, que eran usadas anteriormente para asperjar glifosato en las selvas del país, para atender los incendios en varias regiones de Colombia.
Estas aeronaves también tuvieron que ser adaptadas porque, inicialmente, tenían un blindaje que las protegía de ser atacadas de las balas cuando rociaban el líquido para erradicar las plantas de coca. Esto hacía que las avionetas fueran más pesadas y que estuvieran desgastadas por cuenta de que las copas de los árboles también impactaban la parte baja.
El Ministerio de Ambiente evalúa la posibilidad de habilitar y acondicionar más aeronaves para atender las emergencias que azotan al país y que están dejando un desastre ambiental a su paso.
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