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Solo somos habitantes del planeta, las fronteras son invenciones promovidas por el miedo

Seamos solidarios con migrantes y desplazados, no sabemos sin un día estaremos en sus condiciones.

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Alberto Linero
Foto: cortesía Alberto Linero

Mi abuelo materno fue desplazado. La violencia política de finales de los 40 e inicio de los 50 lo hizo venir de su tierra natal en Santander, a laCosta Caribe. De él aprendí el dolor y la tristeza de abandonar su familia y su tierra por tratar de proteger su vida y encontrar mejores condiciones de realización. Afortunadamente se afincó, formó una familia y desarrolló dignamente su proyecto de vida. Por eso nunca desprecio al que llega de otro lugar, al espacio en el que estoy, buscando realizar su sueño.

Mi relación con el territorio no me hace su único dueño. Al final, no somos más que habitantes del planeta y las fronteras no son más que invenciones para tratar que la posesión nos tranquilice el miedo atávico que hay en el corazón. Esta es una época en la que aun más solidaridad y apertura tiene que haber con migrantes y desplazados, porque es cuando más duelen las tradiciones que se dejaron, los amigos que no están y las caricias que la vida se llevó y transformó en golpes.

Este lunes, cuando leí las declaraciones de Filippo Grandi, alto comisionado de las Naciones Unidas para los refugiados, quedé impactado. Según él: “Un 20% de los desplazados forzosos del mundo, aproximadamente 20 millones, se encuentran en América”. En relación conColombia no sólo se refirió a los hermanos que llegan desde Venezuela, sino también a los desplazados por la violencia en el país. Él instó a todos los actores de este flagelo -desde los gobiernos donantes, hasta el sector privado- a que invirtieran más en los países que eran testigos del origen, del paso y el destino de los migrantes, con el fin de darle apoyo a las respuestas que se dan a esta problemática en la región.

Eso es fundamental, pero yo quiero invitar a cada persona a que con un corazón abierto y solidario busque ambientes y condiciones en sus espacios inmediatos para que migrantes y desplazados puedan construir un proyecto digno de vida. Nadie sabe cuál es el futuro, y nosotros no sabemos si un día nos tocará emigrar. Hoy por ti mañana por mí. 

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