El ministro de Defensa, general en retiro Pedro Sánchez, aseguró que Colombia avanza con determinación en la lucha contra el narcotráfico y en la reducción de cultivos ilícitos. Durante una entrevista con Néstor Morales en Mañanas Blu, el funcionario afirmó que 11.000 hectáreas de hoja de coca han sido eliminadas entre erradicación forzosa y sustitución voluntaria en lo que va del año.
“Más de 11.000 hectáreas ya llevamos entre erradicadas y sustituidas, 700 toneladas incautadas, eso equivale a 450 millones de dosis letales que dejaron de llegar al exterior”, explicó el ministro. Según Sánchez, estas acciones forman parte de los esfuerzos que espera Estados Unidos para otorgar la certificación en materia antidrogas, un reconocimiento clave para la cooperación bilateral.
Erradicación y sustitución: dos vías para un mismo objetivo
El jefe de la cartera de Defensa aclaró las cifras que han generado debate público. De las 11.000 hectáreas reportadas, 5.300 corresponden a erradicación realizada por la Policía Nacional, mientras que cerca de 6.000 se han logrado a través de programas de sustitución voluntaria de cultivos ilícitos.
“Lo importante aquí es certificar que esa sustitución de cultivos ilegales sí se hizo. En una la arranca el policía y en la otra el campesino. Pero finalmente es quitarlo”, enfatizó.
El ministro recalcó que la sustitución de cultivos es más efectiva que la erradicación forzada, pues evita la dispersión de las siembras a nuevas zonas. Recordó que en 2021, pese a haberse erradicado 106.000 hectáreas, los cultivos aumentaron en 60.000.
Meta de 30.000 hectáreas: un reto contra el tiempo
El Gobierno colombiano se fijó como objetivo erradicar o sustituir 30.000 hectáreas de coca antes de finalizar 2025. Sin embargo, a poco más de tres meses de cerrar el año, solo se ha cumplido con poco más de un tercio de la meta.
Ante la preocupación de que el país no alcance el compromiso pactado, Sánchez respondió con optimismo: “Sí las hay, porque el programa de sustitución comenzó a inyectarsele plata hace mes y medio. La proyección es superar las 20.000 hectáreas sustituidas y que la erradicación directa supere las 15.000. Con eso apuntamos a que mínimo sean 30.000 entre las dos”.
El retraso, explicó, se debió a los aplazamientos presupuestales del primer semestre, que afectaron la implementación de programas clave.
Tecnologías alternativas a la fumigación aérea
En medio de la entrevista, el ministro confirmó que el Gobierno estudia nuevas tecnologías para erradicar cultivos ilícitos sin recurrir a la fumigación aérea con glifosato, prohibida desde 2016 por la Corte Constitucional.
Entre las alternativas mencionó el uso de drones de baja altura y el desarrollo de productos biológicos menos dañinos para la salud y el medioambiente. “Se están probando derivados de aceites orgánicos de girasol, palma y gladiolos. No tengo el conocimiento técnico exacto, pero siempre buscaremos más opciones”, señaló.
Estados Unidos y la certificación antidrogas
Para Washington, la erradicación es la cifra más sensible en el proceso de certificación. Sin embargo, el ministro enfatizó que Colombia ha hecho esfuerzos en toda la cadena del narcotráfico: desde la interdicción de cargamentos hasta la neutralización de estructuras criminales.
“Más de 3.300 integrantes neutralizados, cinco bombardeos y 700 toneladas incautadas. Nuestros militares y policías han muerto combatiendo el narcotráfico, no solo por Colombia, sino también por el mundo”, dijo Sánchez.
El funcionario subrayó que si la certificación no llega, “pierden las naciones, ganan los criminales”.
Una lucha marcada por los contrastes
A pesar de los esfuerzos, Colombia sigue siendo el mayor productor de cocaína en el mundo, con 253.000 hectáreas de hoja de coca cultivadas en 2023 y una producción estimada de 2.600 toneladas, según datos de la ONU.
Al respecto, el ministro reconoció las dificultades: “Mientras existan 316 millones de consumidores en el mundo, es muy difícil acabar la oferta. No han podido mitigar el consumo en esos países, y eso nos afecta directamente a nosotros”.
Añadió que, en regiones como Putumayo, ya se han registrado reducciones significativas. “Allí bajamos 8.000 hectáreas entre 2023 y 2024, y esperamos que ese comportamiento se replique en otras zonas”.