La Corte Suprema adoptó en las últimas horas la decisión más drástica hasta ahora adoptada en relación con el holocausto del Palacio de Justicia.
En un fallo de 254 páginas, la Sala Penal dejó en firme la condena a 35 años de cárcel contra el excomandante de la Brigada 13 del Ejército, el general Jesús Armando Arias Cabrales, por la desaparición forzada de cinco personas durante el Holocausto.
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La sentencia señaló que Arias Cabrales fue el jefe militar de la operación de retoma del Palacio y fue el responsable de ordenar que todas las personas que salieron vivas del edificio, fueran llevadas a la Casa del Florero, no con el fin de salvaguardarlas, sino para interrogarlas y detectar posibles integrantes del M-19, grupo responsable de la toma.
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Para la Corte, Arias tuvo el control total de las tropas y “fue el artífice principal” de las conductas ocurridas con ocasión de la “solución final” que se le dio a la toma del Palacio.
Hay un elemento interesante y es que la Corte no considera que Arias Cabrales haya sido responsable por omisión sino que lo eleva a la categoría de coautor de desaparición forzada, en un operativo de retoma que la Corte considera “desproporcionado” pese a que la toma es considerada un acto terrorista del M-19.
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Arias Cabrales según la Corte, se desentendió de los prisioneros, a pesar de que el comandante del Ejército, el general Rafael Samudio Molina, afirmó ante la justicia que el mando le fue entregado completamente al entonces comandante de la Brigada 13.
El general Arias Cabrales tuvo el control de todo el operativo, es decir, es responsable de las acciones que ejecutaron los integrantes de la Brigada 13, del B2, dedicado a labores de inteligencia y de la Policía.
Dice la sentencia que Arias Cabrales “dispuso y ordenó la retención y custodia de los retenidos, de aquellos que salieron vivos del Palacio, en medio de una acción que él personalmente dirigió conforme al diseño del ‘Plan Tricolor’ y al convenio con sus superiores”.
Según el fallo, “la desaparición de los ‘capturados’ corresponde a un plan estratégicamente diseñado desde cuando se inició la operación conforme a las líneas del ‘Plan Tricolor’, y que culmina precisamente con la captura y clasificación de los sospechosos y con su posterior ocultamiento al poder civil, desde ese momento y hasta ahora”.
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Quedan varias preguntas entre el tintero:
¿Por qué el general Jesús Armando Arias Cabrales decidió a última hora abstenerse de firmar el acta de sometimiento a la JEP, cuando en principio había expresado su intención de ingresar a la Jurisdicción Especial de Paz?.
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¿Qué aporte hará a la verdad el general Iván Ramírez Quintero, quien sí afirmó que se someterá a la JEP, para dar trámite al proceso en su contra por desaparición forzada?
¿Y la pregunta más importante: dónde están los desaparecidos? Hoy siguen sin aparecer Carlos Augusto Rodríguez, Irma Franco, David Suspes y quienes ahora son desaparecidos tras la entrega defectuosa de despojos mortales a varias familias.
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