El Holocausto del Palacio de Justicia, ocurrido hace exactamente cuatro décadas, sigue siendo epicentro de la controversia de esta semana entre el presidente Gustavo Petro y varios sectores, entre ellos el de las víctimas y el de los presidentes de las Altas Cortes.
Durante un evento que se llevó a cabo en la Universidad Externado de Colombia, el presidente de la Corte Constitucional, Jorge Enrique Ibañez, le respondió al presidente Petro sin mencionarlo, diciendo que la toma del Palacio no fue una acción genial sino una acción demencial. Un acto terrorista según lo calificaron varias sentencias del Consejo de Estado.
El presidente de la Corte Suprema, Octavio Tejeiro cuestionó que se quiera cambiar el relato sobre el asesinato del magistrado Manuel Gaona Cruz e hizo un llamado al gobierno del presidente Gustavo Petro para que esta conmemoración lleve a un momento de reflexión, lejos de los discursos de odio o que reabran viejas heridas.
Helena Urán Bidegaín, hija del magistrado auxiliar Carlos Horacio Urán, también asesinado durante la toma del Palacio de Justicia, lamentó que el presidente Gustavo Petro no haya utilizado los terribles hechos del Holocausto como herramienta democrática y aseguró que en su gobierno “la memoria como cimiento democrático ha sido irrelevante”, en respuesta a un mensaje del jefe de Estado en el que intenta de nuevo exculpar al M-19, grupo guerrillero al que perteneció, de los crímenes cometidos en el Palacio.
En las últimas horas, el presidente Petro se defendió negando que haya asegurado que la toma del Palacio de Justicia fue una genialidad, mientras se conoció su declaración ante la Comisión de la Verdad, revelada por el periódico El Tiempo, en la que el hoy jefe de Estado y en ese momento representante a la Cámara, negó haber tenido responsabilidad en el Holocausto, aunque citando dictámenes periciales a los que supuestamente él tuvo acceso, las balas disparadas por los guerrilleros del M-19 no asesinaron a ninguna persona de las que posteriormente fueron torturadas.
El mensaje hoy sigue siendo el mismo: la conmemoración de los 40 años del holocausto del Palacio de Justicia debería ser una gran oportunidad para enviar un mensaje de arrepentimiento por parte de quienes cometieron el dantesco acto y sobre todo, debería ser el momento para que líderes políticos como el presidente Gustavo Petro, quien ha honrado su desmovilización del M-19 hace 35 años, repudie el uso de las armas como herramienta política.