No más muertos por violencia, el mejor homenaje a Dilan: opinión de Ricardo Ospina
El caso de Dilan Cruz debe llevar a nuestra sociedad a profundas reflexiones. El odio y la violencia tienen que dejar de conducir los destinos de nuestra sociedad.
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El odio y la violencia tienen que dejar de conducir los destinos de nuestra sociedad, que en teoría superó más de 50 años de conflicto armado, en el que murieron más de 200 mil personas y más de seis millones de colombianos fueron víctimas.
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El caso de Dilan Cruz, quien murió tras recibir un impacto en la cabeza producido por un artefacto desconocido disparado por un agente del Esmad de la Policía, debe llevar a nuestra sociedad a profundas reflexiones.
La animosidad, el ambiente caldeado, los mensajes de odio en redes sociales han llevado las cosas en el país a un nivel de tensión realmente preocupante, que se ve reflejado en las calles, y por supuesto la muerte de Dilan es un ejemplo de eso.
Dilan Cruz, junto con otros estudiantes, marchaba por las calles del centro de Bogotá cuando fueron repelidos por el Esmad con bombas de aturdimiento y gases lacrimógenos y pese a eso, buscaron otras rutas para continuar con su manifestación, en el marco del paro adelantado el pasado 21 de noviembre.
Lo primero que hay que pedir es una reflexión en quienes tienen control sobre el Esmad, para cerrar la puerta a los excesos que se han cometido en los últimos días, y sobre todo, para que desde quienes les dan las órdenes de actuar, tengan claro que la protesta pacífica es un derecho, que se debe respetar. Según cifras de la secretaría de Salud de Bogotá, cerca de 200 civiles han resultado heridos durante cinco días de marchas y protestas.
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Pero también debemos reflexionar profundamente sobre el irrespeto a la autoridad, durante estos días más de 232 policías han resultado heridos por ataques de vándalos, por golpes de manifestantes.
Uno de los casos más dolorosos es el del patrullero Walfran Narváez, quien perdió uno de sus ojos tras recibir un golpe contundente con una piedra en su rostro. Contó Narvaez en BLU Radio que una vez lo golpearon, la gente alrededor lo celebró como si fuera un gol.
Hoy nos despertamos cabizbajos por la muerte de Dilan, por la violencia desbordada en algunos eventos durante el paro, por eso el mejor homenaje al joven muerto por acción de un agente del Esmad es decir: no más muertos por violencia e intolerancia.
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Escuche aquí la editorial de Ricardo Ospina en Mañanas BLU.