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¿No será maltrato humanizar a los perros?

Me sorprende y agrada el cariño con el que se trata a las mascotas, pero también esto me abre interrogantes.

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Alberto Linero

Estoy convencido de que la única manera de ser feliz es tener una mente flexible. Fui formado en el amor a los animales, pero en ese ambiente de formación, había un espacio para ellos y otro para nosotros los humanos. Nunca defendiendo o propiciando el maltrato, pero siempre teniendo rutinas distintas; por eso, cuando el pasado fin de semana fui al almuerzo de cumpleaños de un amigo, y vi que cada familia de invitados llegaba al restaurante con una mascota, no hice más que extrañarme, pero al tiempo, abrirme a la experiencia.

Seis perros, que son parte de las familias, llegaron; algunos silenciosos y bien puestos en sus lugares, otros ladrando y moviéndose por el sitio. Y es allí, en ocasiones como esa, cuando entiendo que las cosas han cambiado. Por un lado, me sorprende y agrada el cariño con el que tratan a las mascotas y que las hacen parte importante de la reunión; pero por otro, también la disponibilidad de todos a gozarse el momento y resolver los pequeños problemas que los animales ocasionaban con mucha tranquilidad.

Sin duda, fue una escena necesaria para entender que los animales, en estos casos los perros, son para cuidarlos y hacerles sentir el amor y la ternura. Personalmente debo decir que aprendí mucho más de la vida y la relación con las mascotas, y que eso me hace mejor ser humano. Y es que para nadie es un secreto que compartir la vida con estos animales, ayuda a que muchas personas puedan sentirse acompañadas en medio de sus momentos de soledad, y también a desarrollar mayores habilidades emocionales y sociales en los niños, entre muchos otros beneficios que estos traen a la vida.

Al final, hasta yo acariciaba a los perros, pero igual me quedé pensando ¿Dónde está el límite de este tipo de relaciones? ¿Cómo se establece? ¿No será maltrato humanizarlos? Las otras personas del restaurante no dijeron nada y creo que entendieron bien la situación. Son esas lecciones que alguien de mi generación y formación va recibiendo, y que creo, son completamente necesarias.

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