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Ser padre no puede ser sinónimo de encubrimiento ante las acciones de los hijos

Si bien es cierto que los padres aman a sus hijos y desean lo mejor para ellos, lo mejor implica enseñarles a responsabilizarse por sus acciones.

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Alberto Linero
Foto: Blu Radio

No soy papá por elección de vida. Sin embargo, siempre me he cuestionado sobre la crianza, sus características y los límites que implica. A lo largo de mi trabajo pastoral, he encontrado padres de familia que creían que criar a un hijosignificaba ser cómplice de todas sus acciones, privilegiando el amor que sentían por sus hijos sobre el aprendizaje de ser ciudadanos responsables que respeten las normas y valores.

Se tiende a absolutizar el amor en la crianza, descuidando la enseñanza de responsabilidad y asunción de consecuencias por los actos cometidos. Recuerdo claramente los cuatro meses que pasé pagando, con mi mesada, unos vidrios que rompí en la casa de una vecina mientras jugaba fútbol en la calle. Aunque mi padre se hizo cargo frente a la señora, a mí me tocó refinanciar varias veces la deuda para pagarle a mi padre y así aprender la lección de asumir las consecuencias de mis acciones.

Este recuerdo viene a colación con la noticia de que los padres de los menores que agredieron y apuñalaron a otro joven en un autobús urbano, los entregaron a las autoridades. Si bien es cierto que estos padres aman a sus hijos y desean lo mejor para ellos, en este caso lo mejor implica enseñarles a responsabilizarse por sus acciones.

Ser padre no puede ser sinónimo de encubrimiento ante las acciones de los hijos. Es fundamental que los padres se esfuercen en ser ejemplos de comportamiento para sus hijos, ya que el ejemplo tiene un impacto mucho mayor que los discursos. Deben estar cerca de sus hijos, conocerlos profundamente para poder ayudarlos a tomar decisiones acertadas, establecer límites claros que fomenten el respeto hacia los demás, y mantener un diálogo abierto y continuo que los guíe en la construcción de sus vidas de manera coherente.

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En una sociedad cada vez más violenta, donde se desprecia la autoridad y se considera la violencia como una solución a los problemas, es crucial que los padres y todos los adultos actúen con coherencia y demuestren en su comportamiento los valores que desean inculcar en las generaciones futuras.

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