Antioquia enfrenta un panorama crítico por la expansión de grupos criminales
Antioquia enfrenta el control de disidencias, Clan del Golfo y bandas urbanas, mientras la falta de unidad entre gobiernos debilita la estrategia de seguridad, alertó el analista de seguridad Luis Fernando Quijano.
Antioquia enfrenta un panorama crítico por la expansión de grupos criminales
La violencia en Antioquia atraviesa uno de sus momentos más críticos en las últimas décadas.
Así lo advirtió el analista de seguridad y director de Análisis Urbano, Luis Fernando Quijano, en una entrevista en Sala de Prensa en la que alertó sobre el creciente poder de los grupos armados ilegales en la región y la falta de articulación entre las autoridades nacionales y departamentales.
“Estamos hablando de Antioquia, hay un fortalecimiento, están muy fuertes estructuras armadas, de carácter nacional”, señaló Quijano, al enumerar la presencia simultánea de disidencias de las Farc, el Ejército de Liberación Nacional (ELN), el Ejército Gaitanista de Colombia —mal llamado Clan del Golfo— y organizaciones urbanas como la Oficina del Valle de Aburrá.
ELN y el Clan del Golfo.
Foto: AFP / cortesía El Pilón.
A estas se suman “remanentes de los Caparros, hoy conocidos como los de abajo, además de la expansión del Tren de Aragua en el oriente antioqueño”.
El experto insistió en que estas estructuras nunca abandonaron el territorio: “Yo no creo que nunca se fueron, siempre han estado acá. Finaliza el Gobierno de Iván Duque y nos deja un escenario fuerte de presencia de estructuras armadas. La política de seguridad no funcionó y la propuesta de paz total del actual gobierno tampoco ha dado resultados”.
La magnitud del fenómeno preocupa, especialmente en Medellín, donde, según Quijano, operan unas 350 bandas ligadas a la Oficina. “Copa el 90 % del territorio de Medellín y el 80 % del Valle de Aburrá”, afirmó, al describir cómo estas organizaciones mantienen un control urbano difícil de revertir.
El analista también criticó la falta de coordinación entre niveles de Gobierno: “Lo que se está fracasando es también la estrategia de seguridad de la Gobernación. Tenemos un gobernador enfrentado al presidente y un presidente que no habla con el gobernador. Esa mezquindad política nos está costando en vidas y en control territorial”.
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Para Quijano, la salida requiere reconstruir la estrategia de seguridad desde la unidad estatal: “Aquí hay que afinar la inteligencia, porque parece ciega, y dejar de ocultar la información sobre lo que pasa en los municipios. La paz de Antioquia es la paz de todos, no solo de quienes siguen al presidente”.
Aunque reconoce que los acercamientos con algunos grupos han permitido una reducción temporal de homicidios, advierte que este “muro de contención” se está resquebrajando. “Cuando no se trabaja en unidad como Estado, las cosas no van a funcionar bien. Si no se acaba esa disputa entre Medellín, Antioquia y el Gobierno nacional, la violencia seguirá creciendo”.
El llamado de Quijano es claro: o el Estado actúa unido, o Antioquia continuará siendo un territorio en disputa por el crimen organizado, con consecuencias devastadoras para su población.