Horas de zozobra y temor vive el departamento del Chocó donde desde la media noche se inició un nuevo paro armado, anunciado por el ELN, el noveno que se registra en los últimos dos años, generado una compleja situación para la población por las restricciones totales en movilidad terrestre y fluvial, lo que también tiene implicaciones en el acceso a alimentación, medicamentos y servicios esenciales para miles de personas que se verán confinadas en sus viviendas durante el fin de semana.
Aunque ya las autoridades instalaron un puesto de mando unificado, la situación de movilidad preocupa porque no están transitando vehículos por las principales vías terrestres del departamento, que solo cuenta con dos de entrada y salida: Quibdó-Medellín y Quibdó-Pereira.
A la par, la cuenca alta del Atrato, la cuenca media y baja del río San Juan, y el río Baudó son las zonas de "mayor influencia o presencia del ELN" y, por ende, las que enfrentan las "mayores restricciones". Así lo dijo en Mañanas Blu la gobernadora Nubia Carolina Córdoba.
"No va a haber transporte de alimentos, no va a haber transporte de combustibles, no va a haber medios públicos de transporte de tipo fluvial o terrestre, solamente tendríamos transporte aéreo. Durante estas 48 horas no tendremos el servicio fundamental del derecho fundamental a la educación. Esto impacto de manera mucho más grave la de la zona rural", detalló la gobernadora.
Pese a la ofensiva militar anunciada para atender este constreñimiento a la comunidad, hay temor, lo que no solo está afectando en transporte público intermunicipal sino incluso el interurbano. Esto dijo el taxista Yonier Javier Bejarano.
"Hoy nos va mal porque está la vía cerrada, entonces siempre afecta. Al día hago por ahí cinco o seis carreras. Ya hoy, parado ni una", dijo.
La gobernadora señaló que la restricción en la cuenca alta del río Atrato, incluyendo municipios como Lloró y Bagadó, comenzó incluso antes del paro armado, como "reacción por redes sociales y por medios locales de la célula local del ELN", que para este caso se trata del Frente de Guerra Occidental Ogli Padilla.
La operación militar que desató esta reacción fue un "operativo del Ejército Nacional en compañía de la Policía Nacional, la Fuerza Aeroespacial Colombiana", que tuvo lugar en la cuenca alta del río Atrato, específicamente en el municipio de Lloró.