Durante cerca de diez horas, el municipio de Buenos Aires, Cauca, con más de 36.000 habitantes y ubicado a apenas 40 kilómetros de Jamundí, fue escenario de una toma armada que dejó el centro urbano prácticamente en ruinas. Así lo confirmó el alcalde Pablo César Peña, quien denunció que los refuerzos del Ejército y la Policía llegaron cinco horas y media después de iniciado el ataque, un retraso que hoy genera cuestionamientos y será analizado en un consejo de seguridad.
“Esa situación terrible se extendió unas diez horas”, afirmó el mandatario local, al describir la intensidad del ataque perpetrado por las disidencias de las Farc lideradas por alias Iván Mordisco. La estación de Policía, la sede de la Alcaldía, la Casa de Justicia y al menos diez viviendas resultaron gravemente destruidas.
Refuerzos tardíos y accesos bloqueados
Uno de los puntos más críticos revelados por el alcalde tiene que ver con la tardanza en la llegada de apoyo militar y policial. Aunque los refuerzos sí arribaron al municipio, lo hicieron cuando ya habían pasado más de cinco horas de hostigamientos.
“Sí, llegaron, pero cinco horas y media después”, subrayó Peña. Según explicó, la versión preliminar entregada por las autoridades señala que las condiciones meteorológicas impidieron el ingreso de aeronaves y que los accesos terrestres fueron cerrados con vehículos atravesados y artefactos explosivos sembrados en las vías.
No obstante, el alcalde insistió en que espera explicaciones más detalladas: “Yo mismo tengo mucho interés en conocer qué pasó. Mañana esperamos que se pierdan todas las explicaciones en el consejo de seguridad”.
Policías resistieron bajo fuego durante horas
En el momento de la toma, Buenos Aires contaba únicamente con 17 policías, quienes resistieron durante más de cinco horas un ataque constante. Ocho de ellos resultaron heridos, dos con lesiones de gravedad.
“Resistieron de manera valerosa esas cinco horas y media de un fuego terrible, de un ataque artero y cobarde”, destacó el alcalde, quien también explicó que los otros nueve uniformados fueron evacuados posteriormente, muchos de ellos con afectaciones físicas y psicológicas producto del prolongado hostigamiento.
La presencia del Ejército en la zona, según Peña, es itinerante, con tropas que se desplazan entre los municipios de Suárez y Buenos Aires, un trayecto que por tierra no supera la hora y media, lo que aumenta las dudas sobre la reacción tardía.
Violaciones al Derecho Internacional Humanitario
Uno de los hechos más graves denunciados durante la entrevista fue el uso de viviendas civiles como plataformas de ataque. De acuerdo con el alcalde, los grupos armados obligaron a las familias a salir de sus casas para utilizarlas como puntos desde donde dispararon contra la Policía.
“Se utilizaron esas viviendas para el ataque. Fuego de artillería desde las casas de los civiles”, afirmó Peña, calificando estos actos como una flagrante violación al Derecho Internacional Humanitario.
A esto se suma la presunta coacción al párroco del municipio, quien habría sido obligado a usar el megáfono de la iglesia para pedir a los policías que se entregaran. El alcalde confirmó que la voz que se escucha en los audios corresponde al sacerdote.
Yo lo escuché y es la voz de él. Yo presumo que estaba coaccionado, porque no de otra manera hubiera emitido ese mensaje
señaló.
Infraestructura destruida y falta de recursos
El saldo material de la toma es devastador. La Alcaldía quedó prácticamente destruida, al igual que otros edificios públicos. Al menos diez casas quedaron inhabitables, especialmente las ubicadas cerca de la estación de Policía.
“Yo no tengo presupuesto para reconstruir ni siquiera el edificio de la alcaldía”, reconoció el mandatario, quien se trasladó a Bogotá para buscar apoyo de Fonsecón, el Ministerio de Vivienda y otras entidades del Gobierno Nacional.
Actualmente, la administración municipal enfrenta incluso dificultades para operar: “No tengo edificio ni instalaciones en que despachar hoy día”, lamentó.
Qué sigue para Buenos Aires, Cauca
El hospital local, aunque con afectaciones leves, continúa funcionando para urgencias, mientras se evalúan los daños. La iglesia y la institución educativa resultaron menos impactadas, pero el golpe a la infraestructura pública es profundo.
Finalmente, el alcalde aseguró que nunca en la historia del municipio se había vivido una toma de esta magnitud. “Ni yo ni nadie recuerda algo así. Los mayores me ratificaron que nunca había ocurrido un hecho tan terrible como este”, concluyó.