La Armada Nacional enfrenta un nuevo escrutinio tras el confuso ataque a una embarcación en el río Patía, Nariño, en el que resultó muerta una persona y herida otra, ambas acompañantes de la alcaldesa del municipio de Mosquera. El presidente Gustavo Petro aseguró que se incumplieron protocolos de seguridad, lo que habría llevado a que un infante de marina disparara en un retén oficial. Sin embargo, el comandante de la Fuerza Naval del Pacífico, almirante Camilo Mauricio Gutiérrez, sostiene que aún no puede calificarse como error mientras avanza la investigación.
“Primero que todo no sabemos si fue un error todavía, eso es materia de investigación. Fue un hecho confuso, un hecho fortuito, en el que se cruzó una embarcación desconocida con una de infantería marina”, explicó el almirante en entrevista con Mañanas Blu.
Los hechos en el río Patía
El incidente ocurrió en horas de la madrugada cuando una lancha que se desplazaba desde Mosquera hacia Tumaco se encontró de frente con una embarcación de la Armada. Según el alto oficial, el bote viajaba a alta velocidad, sin luces y en sentido de colisión.
Los infantes habrían hecho llamados de advertencia mediante gritos, señales luminosas y el uso de linternas, para finalmente realizar disparos que, según la versión oficial, eran de advertencia. No obstante, uno de esos impactos cobró la vida de Luis Fernando, asesor de la alcaldesa, y dejó a otra persona herida.
“Nos informan que hicieron los llamados a viva voz para detener la embarcación y por último efectuaron disparos de advertencia. Hasta ese momento no teníamos conocimiento de que allí viajaba la alcaldesa”, recalcó el comandante naval.
¿Error o incumplimiento de protocolos?
El presidente Petro calificó el hecho como una violación de los protocolos de seguridad. Gutiérrez, sin embargo, evitó confirmar esa versión y aseguró que será la comisión inspectora de la Armada la que establezca responsabilidades.
“Claro que infortunadamente hay una persona fallecida y otra herida. Nada justifica esto. Si se determina responsabilidad de algún miembro de la institución, vamos a asumirlo y responder ante el país”, reconoció el oficial.El almirante explicó que, en circunstancias normales, los traslados de la alcaldía de Mosquera suelen ser coordinados con el Batallón de Infantería de Marina N.° 41, pero en esta ocasión no se recibió ninguna solicitud de acompañamiento. Esa ausencia de coordinación, afirma, pudo haber generado un mayor nivel de riesgo y confusión.
La versión de los testigos
La alcaldesa de Mosquera y otros sobrevivientes contradicen la versión de la Armada. Según su relato, no hubo señales de advertencia previas y los uniformados dispararon de manera inmediata. Estas diferencias serán centrales en la investigación judicial.
“No quiero polemizar ni contradecir a la alcaldesa ni a los testigos. Precisamente por eso esperamos que la investigación pueda aclarar lo ocurrido”, señaló Gutiérrez.
Una zona marcada por el narcotráfico
El río Patía, escenario del ataque, es un corredor estratégico del narcotráfico en el Pacífico nariñense. Allí operan estructuras criminales como la Segunda Marquetalia y la disidencia del frente 30 de las Farc, lo que eleva los niveles de tensión para las tropas.
“Es una zona de narcotráfico, de salida por el corredor Pacífico, donde delinquen grupos armados organizados”, confirmó el almirante.Este contexto habría llevado a los infantes de marina a mantener una postura más rígida frente a embarcaciones no identificadas que navegan sin luces en la madrugada.
El camino de la investigación
La comisión inspectora de la Armada ya tomó control del caso. Según Gutiérrez, las armas utilizadas en la operación fueron puestas a disposición de la Fiscalía, que deberá determinar si los disparos se realizaron conforme a los protocolos de uso de la fuerza.
No obstante, el hecho no quedó grabado, lo que limita la verificación técnica del procedimiento. “Ese procedimiento no está grabado”, admitió el comandante.