Investigación revela qué le pasa al cuerpo si deja de fumar y no tiene que ver con los pulmones
El hallazgo del University College de Londres refuerza lo que la ciencia ya había advertido: el tabaco no solo afecta los pulmones.
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Durante décadas, dejar el cigarrillo ha sido una recomendación centrada en la salud respiratoria. Sin embargo, una nueva investigación acaba de revelar que los efectos de abandonar el tabaco pueden sentirse en otra parte del cuerpo: el cerebro.
El estudio, publicado en The Lancet Healthy Longevity y liderado por el University College de Londres (UCL), analizó los datos de casi 9.500 personas de 12 países, entre ellos España, Alemania, Estados Unidos y el Reino Unido.
Los resultados mostraron que quienes dejaron de fumar a partir de los 40 años experimentaron un deterioro cognitivo más lento que quienes mantuvieron el hábito.
Los investigadores evaluaron las capacidades cognitivas —como la memoria y la fluidez verbal— de más de 4.700 exfumadores y un número similar de fumadores activos. Ambos grupos, con una edad promedio de 58 años, fueron observados durante seis años. Antes de dejar el cigarrillo, sus puntajes cognitivos disminuían a un ritmo similar. Pero tras abandonar el tabaco, las trayectorias cambiaron.
Según los resultados del UCL, los exfumadores perdieron su fluidez verbal un 50 % más lentamente y sufrieron un 20 % menos de pérdida de memoria que los fumadores, diferencias que se mantuvieron en los distintos países analizados.
En otras palabras, quienes dejaron el cigarrillo presentaron entre tres y cuatro meses menos de deterioro cognitivo por cada año de envejecimiento.
Por su parte, el epidemiólogo Andrew Steptoe, también del UCL, afirmó que un deterioro cognitivo más lento “está relacionado con un menor riesgo de demencia”, y destacó que los resultados refuerzan la idea de que abandonar el cigarrillo es una estrategia preventiva frente a esa enfermedad.
El hallazgo refuerza lo que la ciencia ya había advertido: el tabaco no solo afecta los pulmones. Fumar daña los vasos sanguíneos que transportan oxígeno al cerebro y provoca inflamación crónica, lo que genera estrés oxidativo y destrucción de neuronas.
Aunque estudios previos ya habían mostrado mejoras a corto plazo tras dejar de fumar, esta nueva investigación confirma que esos beneficios se sostienen en el tiempo, incluso entre personas que abandonan el hábito después de los 50 años.
Publicidad
Los autores señalan que el estudio es de carácter observacional, pero sus resultados coinciden con trabajos anteriores. En ellos, se demostró que las personas mayores de 65 años que habían dejado de fumar en la mediana edad mostraban niveles cognitivos similares a los de quienes nunca fumaron.
En un comunicado del UCL, Mikaela Bloomberg, investigadora del Instituto de Epidemiología y Atención Sanitaria, explicó:
“Ya sabíamos que dejar de fumar, incluso en edades avanzadas, mejora la salud física y el bienestar. Con este estudio vemos que también ayuda a mantener una mejor salud cognitiva a largo plazo, por lo que nunca es demasiado tarde para dejarlo”.
Publicidad
Los investigadores advierten que muchas personas son menos propensas a intentar dejar de fumar después de la mediana edad, pese a que es cuando más sufren los efectos del tabaco. En ese contexto, consideran que estos hallazgos ofrecen una motivación adicional tanto para los fumadores como para las políticas públicas de control.