“Hay controversia al respecto”, explica Enrique, pero “posiblemente, un fenómeno astronómico que pudo ocurrir hace 2 mil años explicaría el hecho evangélico de la aparición de un astro que habría guiado a los magos”.
“Podemos decir que es posible que sí existió la estrella de Belén, que hubo alguna cosa en el cielo que llamara la atención de Melchor, Gaspar y Baltazar, pues si uno lee los reportes de la época, se habla de un cometa e incluso registros orientales dicen que en torno al año 4 de aquella era podría haber habido un cometa”, añade.
El estudio de este acontecimiento astronómico se traslada a otoño de 1604, cuando el astrónomo Johannes Kepler fue testigo de una triple conjunción, dada por la aproximación de Júpiter y Saturno en el intervalo de apenas un par de meses.
Kepler estudió este fenómeno y se percató que durante el año del nacimiento de Jesús habría ocurrido la misma conjunción, lo que posiblemente habría llamado la atención de los tres Reyes Magos bíblicos.
Conozca en profundidad el análisis de Enrique Joven en este artículo publicado por el diario El País.