
Cada vez son más las personas que buscan soluciones duraderas para eliminar el vello corporal, por eso la depilación láser se ha posicionado como una de las más solicitadas.
Alrededor de este procedimiento aún circulan muchas ideas erróneas que generan dudas, temores y postergan la decisión de quienes podrían beneficiarse.
Mitos sobre la depilación láser
Uno de los mitos más comunes gira en torno al dolor, pues durante años se asoció la depilación láser con una experiencia incómoda, casi insoportable. Pero según especialistas, estas ideas son un mito que está muy alejado de la realidad.
Los dispositivos actuales están diseñados con sistemas de enfriamiento incorporados que minimizan las molestias. “En zonas más sensibles puede sentirse una leve incomodidad, pero ya no es el tratamiento doloroso que muchos imaginan”, aseguró el centro estético Luvanna.

Otro de los mitos que más fuerza ha tomado en los últimos años tiene que ver con la capacidad de la tecnología para adaptarse a distintos tipos de piel y vello.
Hace una década este procedimiento solo era recomendable para personas de piel clara con vello oscuro, sin embargo hoy existen láseres que permiten trabajar de forma segura en diversos fototipos.
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La clave está en acudir a profesionales capacitados que realicen una evaluación previa y determinen el tipo de láser adecuado para cada caso.
¿La depilación láser es peligrosa para la salud?
Tampoco es cierto que una sola sesión baste para eliminar el vello de forma definitiva con esta técnica. La depilación láser funciona de forma progresiva, atacando el folículo piloso en las fases activas de crecimiento.

Por eso se requiere constancia, un plan de sesiones que puede variar según la zona del cuerpo, la densidad del vello y la respuesta individual de cada persona.
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Otro mito es el que relaciona el uso del láser con riesgos para la salud reproductiva, una preocupación especialmente frecuente entre mujeres jóvenes. Sin embargo, expertos han aclarado que el láser actúa a nivel superficial sobre los folículos y no tiene ningún efecto sobre órganos internos.
La seguridad del procedimiento está garantizada siempre que se utilicen equipos certificados y se sigan los protocolos adecuados.