¿Qué costo emocional tiene discutir con alguien? Aprender a manejar las emociones y conflictos
La maestra en psicoterapia ericksoniana, Gina María Uribe Zwittag, explicó cómo las presiones emocionales no resueltas pueden afectar la salud mental y la forma en que las personas se relacionan consigo mismas y con los demás.
Vivir en calma y dejar de pelear con los demás parece un ideal difícil de alcanzar, pero no imposible. En la mas reciente emisión de En Blui Jeans, de Blu Radio, se reflexionó sobre cómo manejar las cargas emocionales propias sin asumir las de los otros y, sobre todo, cómo evitar que los conflictos cotidianos se conviertan en peleas innecesarias.
Gina María Uribe, maestra en psicoterapia y especialista en psicoterapia ericksoniana, explicó que no se trata de eliminar los conflictos —algo natural en cualquier relación humana— sino de aprender a gestionarlos sin perder el control emocional.
Vida en pareja, referencia.
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Uribe señaló que muchas peleas surgen del deseo de “tener la razón” y de heridas emocionales no resueltas que se activan en determinadas situaciones. Desde su enfoque terapéutico, explicó que la psicoterapia ericksoniana, apoyada en herramientas como la hipnosis clínica, permite acceder al inconsciente para identificar el origen de reacciones impulsivas, enojo constante o dificultad para regular las emociones.
Así funciona el "efecto espejo" en las relaciones interpersonales
La experta diferenció entre una discusión saludable y una pelea destructiva. Mientras la primera permite argumentar, dialogar y poner límites, la segunda aparece cuando las emociones se desbordan y se pasa a la ofensa, el grito o la agresión. Para explicarlo, usó la metáfora del “vaso de agua”: cuando las cargas diarias se acumulan y no se gestionan, cualquier situación puede hacer que el vaso se derrame.
Durante la conversación también se abordó el llamado “efecto espejo”, según el cual aquello que más molesta del otro suele conectar con heridas propias del pasado. En ese sentido, Uribe destacó la importancia del autoconocimiento y de reconocer las emociones en el momento en que aparecen, una práctica que incluso tiene respaldo desde la neurociencia, ya que ayuda a regular las respuestas impulsivas del cerebro.
Finalmente, la psicoterapeuta recomendó hacer pausas conscientes, prestar atención a la respiración, identificar lo que se está sintiendo antes de reaccionar y, cuando sea necesario, buscar acompañamiento profesional. “No somos personas reactivas porque sí, sino porque hay una historia detrás que necesita ser entendida y sanada”, concluyó.
Uribe invitó a trabajar la conciencia emocional no solo mejora las relaciones con los demás, sino que se convierte en un verdadero regalo de bienestar personal.