En su mensaje de este domingo, monseñor Rafael de Brigard invita a reconocer la necesidad profunda que todo ser humano tiene de Dios, un Dios que “camina con nosotros” y cuya Palabra “siempre es palabra de salvación”.
Inspirado en el Salmo 97, recuerda la invitación a la alegría espiritual: “Aplaudan los ríos, aclamen los montes al Señor que llega para regir la tierra”. Para monseñor, esta alabanza es signo de confianza: saber que Dios gobierna la historia y permanece presente incluso en medio de un mundo convulsionado.
Reflexionando sobre el Evangelio de Lucas (21, 5-19), De Brigard explica el carácter simbólico del discurso apocalíptico de Jesús, aclarando que su intención no es sembrar miedo sino fe. Jesús anuncia que “no quedará piedra sobre piedra”, pero también promete que, aun en persecuciones y crisis, Dios sostendrá a los suyos: “Yo les daré palabras y sabiduría” y “ni un cabello de su cabeza perecerá”. Para el monseñor, estas palabras enseñan a mirar la historia sin desesperación, convencidos de que Dios “nunca ha salido corriendo” y jamás abandona a sus hijos.
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