Monseñor Rafael de Brigard invita a una reflexión dominical centrada en la Sagrada Familia, destacando que Dios eligió encarnarse en una comunidad humana sencilla para redimir al mundo. Según explica, la familia es esa "primera Iglesia" y una "posada donde cabe Dios", donde la presencia del "Dios vivo y verdadero" se manifiesta a través de realidades tan cercanas como el afecto y el trabajo diario.
Subraya en su lectura que el Dios del Evangelio "sale a caminar con nosotros en la vida", eligiendo la estructura familiar como el primer lugar para ser conocido y amado. La reflexión reconoce que el horizonte familiar actual es muy variado, enfrentando presiones económicas, viviendas pequeñas y diversas formas de convivencia, pero reafirma el ideal bíblico de "ayuda y compañía" basado en el amor.
Monseñor enfatiza que la identidad de los padres está intrínsecamente ligada a la de sus hogares, afirmando: "Mi vida somos los que estamos aquí". Bajo esta premisa, propone que cada acto, decisión o proyecto debe estar orientado a salvar, proteger y sembrar esperanza dentro de esa comunidad fundamental.
Tomando a San José como modelo de un protector que "hizo hasta lo imposible" por cuidar a los suyos, el texto hace un llamado a valorar a la familia, reconociendo que, aunque no sea perfecta, constituye nuestro núcleo de apoyo esencial.