Este sábado en Mascotas BLUestuvo Juan Camilo González Niño, médico veterinario y miembro de la Asociación Veterinaria Latinoamericana de Zoopsiquiatria, quien habló sobre cómo tratar situaciones traumáticas que puedan tener los animales.
González explicó que los animales de compañía tienen un periodo sensible de socialización, el cual es fundamental para establecer relaciones con los humanos y otros animales.
“En el caso de los perros, va entre la tercera semana y el tercer mes de vida y, en el caso de los gatos desde la segunda hasta la séptima semana de vida”, comentó.
En las grandes ciudades se pueden presentar estímulos negativos que causan situaciones traumáticas en los animales, por eso, el médico veterinario recomendó estar muy atento a las personalidades que desarrollan en su etapa de cachorrospara evitar sobre estimulaciones.
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Por ejemplo, si se lleva a un parque donde hay muchos perros de diferentes tamaños, queremos que aprenda a socializar y lo dejamos ahí, eso lo puede asustar y generar un trauma. También aglomeraciones de personas, ruido de los carros o las tormentas pueden generar fobias
Asimismo, el experto enfatizó que, si el animal de compañía tiene algún problema de comportamiento que le dificulta convivir con humanos y otros animales, es aconsejable acudir a un especialista para “tratar de forma preventiva y curativa la situación”.
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“De forma preventiva se puede utilizar algunas herramientas de manejo como el bozal. Hay unos muy buenos que permiten que el perro pueda jadear, tomar agua y recibir premios. Así podemos presentarle individuos nuevos con premios y cambiar el comportamiento agresivo”, explicó.
Por otro lado, un trauma que se puede desarrollar en los animales es cuando sus cuidadores o tenedores se separan y rompen el vínculo con la mascota.
“Se vive una especie de duelo donde podemos ver a los animales deprimidos, no se alimentan bien, poco interactúan, no juegan mucho, permanecen mucho tiempo en estado de reposo y ahí, se puede sospechar que hay depresión”.
Finalmente, Juan Camilo comentó los traumas más difíciles de tratar tanto en perros como en gatos.
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Los traumas asociados a la etapa de socialización temprana, cuando hay maltrato o falta de interacción con humanos o animales de la misma especie, se generan miedos muy arraigados que son difíciles de tratar
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