Las tensiones tecnológicas entre Estados Unidos y China parecen haber entrado en una nueva fase tras las recientes negociaciones celebradas en la capital española. El secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, confirmó este lunes que el acuerdo marco alcanzado en Madrid contempla que la red social TikTok pase a ser de “propiedad controlada por Estados Unidos”.
El anuncio se produce en un momento clave para las relaciones entre las dos mayores potencias del mundo, que han protagonizado una serie de conflictos geopolíticos, comerciales y tecnológicos en la última década. En este contexto, TikTok se ha convertido en un punto de fricción emblemático, al representar no solo una de las aplicaciones más populares del planeta, sino también un símbolo de la creciente influencia digital de China en Occidente.
Aunque Bessent subrayó que el acuerdo aún está pendiente de ser cerrado formalmente, con una llamada programada para este viernes entre el presidente Donald Trump y su homólogo chino Xi Jinping, dejó claro que el objetivo del pacto es asegurar que TikTok opere bajo control estadounidense. “El marco es que pase a ser propiedad controlada por Estados Unidos”, reiteró el funcionario.
Este anuncio forma parte de un esfuerzo más amplio de Washington por frenar lo que considera una amenaza a su seguridad nacional. Las preocupaciones se centran en el supuesto acceso del gobierno chino a los datos de los usuarios estadounidenses a través de TikTok, que es propiedad de la empresa china ByteDance. Aunque la compañía ha negado reiteradamente que comparta información con Beijing, la desconfianza ha llevado a múltiples intentos por restringir o forzar la venta de la plataforma en territorio estadounidense.
No es la primera vez que Estados Unidos intenta intervenir directamente en el futuro de TikTok. Ya en 2020, durante el primer mandato de Trump, se planteó la posibilidad de que empresas como Microsoft o Oracle adquirieran las operaciones de la red social en EE. UU., aunque aquellos intentos terminaron estancándose.
La rivalidad tecnológica entre EE. UU. y China no se limita a TikTok. En los últimos años, Washington ha impuesto restricciones a gigantes chinos como Huawei y ZTE, citando preocupaciones similares sobre ciberseguridad y espionaje. Por su parte, Pekín ha acusado a Estados Unidos de querer contener su desarrollo tecnológico por motivos geopolíticos y económicos.
En paralelo a las conversaciones sobre TikTok, otros temas relacionados con comercio digital, propiedad intelectual y regulación de datos también están siendo discutidos por ambas delegaciones. Observadores internacionales señalan que el caso TikTok podría sentar un precedente sobre cómo se manejan las plataformas tecnológicas transnacionales en un mundo cada vez más dividido entre bloques.
Si el acuerdo se formaliza, marcaría un giro significativo en la política de control sobre plataformas digitales extranjeras, consolidando el enfoque de "soberanía tecnológica" que Estados Unidos viene promoviendo. Para muchos analistas, el desenlace de estas negociaciones podría influir profundamente en el futuro de la competencia tecnológica global, así como en la forma en que los ciudadanos del mundo acceden, consumen y comparten información.