Este municipio tiene 'El Pesebre Escondido de Antioquia': es a menos de dos horas de Medellín
El recorrido desde la capital antioqueña hacia este destino ofrece miradores naturales, ríos y quebradas cristalinas.
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A menos de dos horas de Medellín, en el suroeste antioqueño, se encuentra uno de los rincones más encantadores del departamento: Damasco, un corregimiento del municipio de Santa Bárbara, que muchos conocen como “El Pesebre Escondido de Antioquia”. Sus calles empedradas, fachadas coloridas y paisajes montañosos lo convierten en una joya poco explorada del turismo rural paisa.
Damasco fue el primer asentamiento del actual municipio de Santa Bárbara. En 1773 se fundó allí la primera parroquia, conocida entonces como Sitio Viejo, y más tarde, en 1816, la cabecera municipal se trasladó a un punto más alto por razones sanitarias. A pesar del paso del tiempo, el corregimiento conserva la esencia de la colonización antioqueña en cada una de sus construcciones.
Al llegar a este corregimiento, a unos 18 kilómetros del casco urbano de Santa Bárbara, el visitante se encuentra con un lugar detenido en el tiempo, lleno de casas de madera, balcones florecidos y calles empedradas que serpentean entre las montañas. Este ambiente le ha valido el apodo de “pesebre vivo” y ha convertido el lugar en un destino ideal para quienes buscan descanso, historia y conexión con la naturaleza.
El recorrido hacia Damasco ofrece miradores naturales, ríos y quebradas cristalinas, como el río Buey y la quebrada Sabaletas. Una vez allí, también se pueden hacer caminatas ecológicas hacia el Cerro Amarillo o disfrutar de la gastronomía local en las fondas del pueblo, donde el café, el fiambre y los dulces caseros son protagonistas.
La ruta desde Medellín hacia Santa Bárbara y luego hasta Damasco es parte del encanto del viaje. Las autoridades locales trabajan en la pavimentación del tramo final, así como en proyectos comunitarios que fortalecen la educación, la seguridad y el turismo sostenible en la zona.
De esta manera, Damasco, con su mezcla de historia, paisaje y tradición, se consolida como uno de los destinos más fotogénicos y auténticos del suroeste antioqueño, una subregión más reconocida por municipios como Jardín y Jericó, pero que ofrece destinos alternativos igual de atractivos.