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La Diócesis de Sonsón-Rionegro elevó su preocupación por la presencia de los grupos armados que cada vez están más fuertes en el Oriente de Antioquia, donde persiste una zozobra por las amenazas, homicidios de líderes sociales, hostilidades contra la población civil y desplazamientos forzados.
Precisamente, en Nariño fue incinerado un motocarro por dos hombres encapuchados y armados, a tan solo horas de que el gobernador Aníbal Gaviria hiciera un consejo de seguridad y ordenara mayor presencia de la fuerza pública.
Por eso, la Iglesia católica considera que han faltado acciones contundentes de parte de los gobiernos.
"La situación de orden público es preocupante ante la llegada de estas estructuras criminales que se hacen cada vez más fuertes en nuestra subregión, por el control de fronteras territoriales y el microtráfico. La falta de acciones contundentes y respuestas eficaces por parte del gobierno regional y del orden nacional, al actuar violento de los grupos presentes en el Oriente antioqueño, han generado zozobra y desconfianza hacia las instituciones y una gran sensación de crisis de gobernabilidad", señala el presbítero Eduard Ferney Trujillo, delegado de comunicaciones de la Diócesis de Sonsón-Rionegro
La iglesia católica también pide a los actores armados ilegales que respeten la vida y la dignidad de los habitantes del Oriente de Antioquia, así como que cesen todas las hostilidades contra las comunidades.
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